Tambores de recesión en la Bolsa

Segunda peor semana del año para el índice selectivo español. El Ibex 35 se ha dejadoen cinco sesiones un 5,84% y a punto ha estado de perder el nivel psicológico de los 8.000 puntos, aunque a última hora del viernes logró subir hasta los 8.141,90 puntos. Con este retroceso, el Ibex acumula ya un descenso del 15,5% sólo en agosto y del 17% desde enero.

Han sido las dos últimas jornadas, tras el encuentro de la canciller alemana Angela Merkel, y el presidente francés, Nicolas Sarkozy, donde se evidenció su ausencia de propuestas para la crisis europea, las que han dado al traste con las sensaciones positivas con las que acabó el viernes anterior. Los datos conocidos tampoco han ayudado a contrarrestar el pesimismo político: el desplome del índice manufacturero de Filadelfia o un crecimiento del PIB muy inferior al previsto en Alemania han reavivado el pesimismo entre los inversores. Sólo dos de las 34 compañías que cotizan actualmente en el selectivo terminaron la semana en zona de ganancias.

Los inversores temen ahora una nueva recesión en Estados Unidos y en Europa, más tras la publicación de dos informes de Morgan Stanley y JPMorgan que evidenciaban riesgos crecientes en ese sentido. Con la dificultad añadida de que los gobiernos ya no cuentan con margen fiscal para intentar estimular el crecimiento.

Muchos informes y analistas de mercado insisten en que el escenario actual nada tiene que ver con el que propició la caída de Lehman Brothers, en septiembre de 2008. Pero lo cierto es que el alcance de las pérdidas recuerda mucho a las de entonces y pocos datos permiten mirar con optimismo lo que resta de mes. La huida del riesgo se manifiesta en la escalada de valores considerados refugio como el oro o el yen, mientras que el bono alemán a 10 años cotiza en mínimos históricos y el bono de Estados Unidos en su nivel más bajo de 60 años.

La decisión de las autoridades europeas de prohibir las ventas a corto no ha servido para frenar los números rojos en el sector financiero, golpeado por las dudas sobre la liquidez del sistema a nivel europeo. Es el sector más afectado por las pérdidas bursátiles en toda Europa. La evidencia de la falta de unidad política europea y la pérdida de fuelle del crecimiento en las principales economías de la región no hacen sino agravar las dificultades de financiación del sector de cara al futuro más inmediato y, con ello, el miedo de los inversores a nuevas restricciones en la liquidez.

De hecho, la noticia de que un banco europeo volvió a pedir dinero al Banco Central Europeo (BCE) en dólares, algo que no ocurría desde febrero, volvió a reavivar viejos temores y desató una oleada de ventas. Las autoridades estadounidenses han abierto una investigación para conocer la situación de liquidez de las filiales de los bancos europeos en Estados Unidos.