Carlos y Camila visitan a los afectados por los disturbios
La pareja doblará las donaciones a jóvenes sin recursos
"Los jóvenes que participaron en los disturbios en Reino Unido la semana pasada ingresan en las bandas callejeras como grito de ayuda ante las carencias educativas o la falta de centros que les permita entregarse a un deporte y no a la violencia y el pillaje", dijo ayer Carlos de Inglaterra. Cuando el Gobierno británico insiste en priorizar las políticas de ley y orden, esta sentencia del príncipe durante una visita a varios de los escenarios londinenses arrasados por los altercados ha resultado especialmente explosiva.
El heredero, quien acompañado de su esposa Camila, la duquesa de Cornualles, departió, se hizo fotos e incluso abrazó a algunos de los afectados en los barrios de Tottenham, Hackney y Croydon, puso el acento en la falta de oportunidades que conduce a la fractura social. Y anunció que el Prince's Trust, la organización que preside y que abarca un ramillete de iniciativas benéficas, doblará su dotación destinada a los jóvenes con menos recursos.
Ataviado con un impecable traje gris de verano y despojado de esa rigidez que parece serle innata, el príncipe se mostró muy cálido en su encuentro con las familias que han perdido su hogar en los disturbios, con los propietarios de pequeños comercios que acabaron destrozados y sobre todo con los niños que integraron una audiencia multiétnica. Camila aceptó la galleta que le brindaba un pequeño de 5 años y Carlos se retrató con la familia del taxista Omar Malik, dejando claro ambos que los políticos tienen todavía mucho que aprender.
El príncipe Harry también visitó a los trabajadores de los servicios de emergencia que prestaron su ayuda en Manchester.
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