Música de teclas centenarias
Cinco antiguos órganos muestran su carácter en el festival dedicado en Álava a este instrumento - Los programas se adaptan a cada pieza
El órgano de la iglesia de La Asunción suena en las misas dominicales como acompañamiento de la liturgia. Esta tarde, la música pasará a primer plano en un concierto que trata de explorar al máximo las posibilidades sonoras del instrumento, un órgano con tres siglos y medio de vida, con un programa que interpretará Javier Artigas, catedrático de Órgano del Conservatorio Superior de Murcia (19.30).
Será el primer concierto del 26º Festival de Órgano de Álava, que recorrerá esta semana cinco localidades de esta provincia con instrumentos antiguos de calidad y restaurados respetando sus características originales para seguir ofreciendo el sonido en las condiciones más cercanas posibles al momento de su construcción.
Los conciertos comienzan esta tarde en la iglesia de Labastida
El programa está compuesto en su mayor parte por obras no litúrgicas
Los otro cuatro recitales, todos gratuitos, se ofrecerán en las iglesias de Santa María de Moreda de Álava (mañana, 20.30), San Martín de Ibarra (viernes día 12, 19.00), San Andrés de Villabuena (sábado, 20.00), y en Santa María de Salvatierra (domingo, 13.30). Los cinco órganos elegidos este año para el festival son instrumentos valiosos, sometidos a una restauración historicista, que muestran la evolución de su compleja construcción para adaptarse a la estética musical desde el Barroco a la entrada en el Romanticismo en el siglo XIX.
El director del festival, Santos de la Iglesia, autor de la catalogación de los órganos alaveses responsable del plan de restauración de los existentes en la provincia, explica que son cinco ejemplos de instrumentos ibéricos, de un estilo bien diferenciado a los construidos en otros países europeos, generalmente de un tamaño no muy grande, con dulzura en los timbres y teclados suaves como características comunes.
Cada uno fue realizado a medida para el templo al que iba destinado, adaptándose a su acústica y arquitectura y, por tanto, con idiosincrasia propia. No sirve cualquier obra: cada intérprete elige el programa según el carácter del instrumento.
El órgano de Labastida, un instrumento de 1670 que fue ampliado en 1803, es una pieza de transición, que recoge elementos del Barroco y se abrió a las novedades, policromado y decorado con figuras, mientras que el de Moreda (1802) es de carácter rústico, con "una sonoridad más contenida pero con calidez", en palabras del director del festival.
El de Aramaioa es también modesto y la caja del de Villabuena ni siquiera esta pintada. El órgano de la iglesia de Salvatierra fue construido en 1807. Su estado de conservación era pésimo cuando hace ocho años fue sometido a una restauración que trató de devolverle el esplendor original, hasta donde llegó el presupuesto.
Los órganos se construyeron para las iglesias pero la música sacra no agota el repertorio: el 85% del programa del festival será de música no litúrgica.
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