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Recónditas playas

En el paraje natural Marismas del Río Piedras y Flecha del Rompido, en Huelva, existe una playa tan virgen y protegida que su acceso solo se permite por barco. El puerto deportivo de El Rompido es el lugar de partida. El pequeño barco realiza un viaje de 500 metros por donde se unen el océano Atlántico con la desembocadura del río Piedras, y deja al visitante en la playa de La Flecha.

El barco da continuos viajes para llevar a los turistas a ese enclave paradisíaco, que ocupa 2.530 hectáreas y en el que no hay rastro de civilización. Es tal su aislamiento que los visitantes tienen que llevar el avituallamiento necesario para pasar el día.

Otro paraje idílico es la cala de Cantarriján, playa nudista y textil que se encuentra en el Parque Natural de Los Acantilados de Maro, entre los términos de las provincias de Málaga y Granada, en el municipio de Almuñécar. El paraje de acantilados rocosos que rodea a la cala hace que sea de muy difícil acceso, dándole un encanto salvaje a la zona.

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Peaje para entrar al paraíso

La playa solo cuenta con 380 metros de longitud por 43 de ancho y para acceder solo se puede hacer a pie o en autobús. El coche se debe quedar en un aparcamiento que solo tiene 100 plazas. Esta peculiaridad hace de la playa de Cantarriján otro enclave único para aislarse de la sobreexplotación de la costa.

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