Día de descanso y reflexiones
Día de descanso en el Tour, el primero. Más bien día de reflexión, ya podía ser un día de relax como otras veces. Descanso también, por supuesto, pero después de una semana en la que lo ocurrido con las caídas ha sido tan o más trascendente que lo deportivo, es inevitable que a los corredores les asalten ciertas dudas existenciales: ¿qué hacemos aquí?, ¿qué sentido tiene todo esto?, ¿merece la pena trabajar tan duro para que todo se pueda perder de la manera más tonta?
Dudas incómodas que en nada ayudan a levantar los ánimos para lo que queda -lo más duro-, pero que afortunadamente se disipan enseguida cuando tras las primeras pedaladas tontas comienzan los músculos a doler exageradamente. Entonces todo se olvida, y lo principal es recuperar urgentemente las buenas sensaciones para hacer frente a lo que viene. Asunto de prioridades, ya llegará el momento de plantearse temas más profundos, no ahora.
Por lo visto en las llegadas en alto, Evans está fuerte y con muchas ganas
La carrera está en una situación extraña. Voeckler, el líder, lleva una temporada lo suficientemente buena como para que se le pueda considerar algo más que un outsider. No será un rival de cara a la general, pero tampoco será fácil expulsarle de esa posición de privilegio. Los Pirineos deberían ser su techo, pero cuidado, nunca hay que fiarse demasiado.
Contador, el favorito, que afronta la carrera desde un vagón trasero, habló de los que considera sus mayores rivales. Habló de Evans, Kloden, Basso, y cómo no, de los hermanos Schleck. Hay dos abanicos. Uno, el de los escaladores, que tienen que jugar al ataque en previsión del tiempo que pueden perder con él en la última contrarreloj. Y dos, el de los contrarrelojistas -Evans, y Kloden en una segunda línea-, que jugarán a la defensiva.
De lo visto hasta ahora, aunque parezca poco creíble por la cantidad de cosas que han pasado, pocas conclusiones podemos sacar. Las caídas han eliminado a muchos de los favoritos de manera traumática, y los finales de etapa en pequeñas cotas explosivas no nos han facilitado el análisis para evaluar las fuerzas de cada uno. Habrá que fiarse de las impresiones que nos han causado algunos pequeños detalles.
Uno, el ataque de Contador en el Muro de Bretaña: un golpe de autoridad en la primera ocasión que se presentaba, cuyo resultado sorpresa fue el tiempo perdido por Andy Schleck, y lo sintomático de que su hermano Fränk consiguiese hacerlo aún mejor que él.
Dos, los buenos resultados de Cadel Evans en todas las llegadas en alto: su actitud y la de su equipo indican que el australiano está muy bien y con muchas ganas.
Y tres, lo sucedido en el grupo de favoritos en Super Besse, cuando dio la impresión de que Andy Schleck respondió con más chispa que Contador al ataque de Gilbert, al contrario de lo que había sucedido días antes.
Veremos qué es lo que pasa, veremos si conseguimos -por fin- olvidarnos de las caídas...
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