Monteseirín y Pulido acordaron dos días antes del 22-M permutar suelos

El pasado 20 de mayo, a dos días de las elecciones en las que ya no concurría como candidato, el exalcalde de Sevilla, Alfredo Sánchez Monteseirín, y el presidente de Cajasol, Antonio Pulido, firmaron un convenio para la permuta de dos parcelas municipales por oficinas en la futura Torre Cajasol, cuyas obras se han iniciado, pero cuya finalización está en el aire.

Según este acuerdo, el Ayuntamiento entregaría a Cajasol dos parcelas que suman 49.824 metros cuadrados. La primera de ellas, con calificación para uso como servicios terciarios, corresponde a los suelos de la Isla de la Cartuja en los que actualmente se ubica la Gerencia de Urbanismo (38.324 metros cuadrados). La segunda, con calificación de equipamiento dotacional administrativo público, es un solar de 11.500 metros cuadrados (y edificabilidad de 60.400 en seis alturas) que el gobierno municipal tiene en la zona de Puerto Triana. La idea del Ayuntamiento era construir en esta parcela una nueva sede para la Gerencia de Urbanismo, para lo que convocó un concurso de ideas del que salió ganador un proyecto del arquitecto sevillano José Antonio Carvajal. Sin embargo, la obra se acabó descartando por falta de presupuesto.

El exalcalde señala que se trata solo de un "protocolo de intenciones"

Según el convenio firmado entre Monteseirín y Pulido, la idea ahora era que, a cambio de las dos parcelas municipales, Cajasol entregaría al Ayuntamiento "una parte de la edificación" de la Torre Cajasol, un proyecto del arquitecto César Pelli que está mirando con lupa la Unesco al entender que puede poner en peligro el sello de Patrimonio Mundial de Sevilla. La intención municipal que recoge el convenio es ubicar en uno de los edificios incluidos en el proyecto (no en la propia torre sino en el complejo previsto en la base) la sede de la Gerencia de Urbanismo y de la empresa municipal de la vivienda (Emvisesa).

Como el rascacielos no está terminado ni es seguro que se termine, el acuerdo suscrito se basa en una fórmula llamada "permuta de una cosa futura", regulada en el artículo 25 de la Ley de Bienes de las Entidades Locales de Andalucía. El acuerdo no es un contrato cerrado, sino un primer convenio en el que Monteseirín y Pulido manifiestan la "intención de permutar" sus suelos. El acuerdo establece que la operación queda a expensas de que el Ayuntamiento acredite "la necesariedad" de la misma, Cajasol aporte toda la documentación técnica del espacio que entrega al gobierno municipal, así como un "aval suficiente por el valor del bien a permutar".

El exalcalde y el presidente de la caja firmaron el convenio a pesar de que el oficial mayor del Ayuntamiento, Isidro Nicolás Fernández-Pacheco, emitió el 5 de mayo un informe contrario a la operación al entender que el acuerdo incumple la Ley de Bienes de Entidades Locales y el Reglamento de Bienes de Entidades Locales. Entre otros defectos, el oficial mayor cree que el convenio no acredita la necesidad "y por lo tanto la justificación" de la permuta.

En declaraciones a EL PAÍS, Monteseirín insistió ayer en que el texto solo es "un protocolo de intenciones" que no vincula de forma irrevocable al nuevo gobierno municipal. "Solo concreta una voluntad de las partes. Se nos ofreció por parte de Cajasol y pensamos que era de interés para el Ayuntamiento, pero solo es un primer compromiso".

Monteseirín defiende también sus "plenas" competencias para poner en marcha una operación de gran envergadura a dos días de las elecciones y a tres semanas de dejar su cargo. "Es un tema que veníamos trabajando hace mucho tiempo. Hasta el último día hemos estado trabajando en todos los proyectos", sostuvo el alcalde.