La resistencia pasiva de Miró

Joan Miró siempre tuvo fama de hombre discreto, sereno, poco dado a las excentricidades a las que acostumbraban algunos de sus colegas. Desde 1956 hasta su muerte, en 1983, el artista vive en Palma de Mallorca en una especie de exilio interior, mientras crece el reconocimiento internacional de su figura. En su retiro balear, Miró, casi octogenario, no pierde comba de la realidad que le rodea. Inspirado por la obra de uno de sus autores favoritos, Ubú Rey, de Alfred Jarry (1873-1907), inicia unos productivos años de creación marcados por sus aceradas críticas al dictador Franco y su régimen.

En esta última etapa del pintor y escultor se centra la exposición Miró. Su lucha contra la dictadura, inaugurada ayer en la Fundación Picasso de Málaga. Hasta el próximo 2 de octubre se exhiben más de un centenar de litografías, diseños, dibujos y otros documentos críticos con la dictadura. Todas estas obras pertenecen al coleccionista mallorquín Pere A. Serra.

En torno al personaje de Ubú, un tirano vulgar y sangriento por el que el artista sentía una especial fascinación, Miró orquesta tres cuadernos de litografías. En ellos, a modo de resistencia pasiva, denuncia la tiranía, la vulgaridad y las ataduras del régimen de Franco, un dictador al que Miró se negó siempre a recibir.

Esta serie arranca en 1966 con la publicación de Ubu Roi, que contiene el texto íntegro de la obra teatral de Jarry acompañado de 13 litografías con las que Miró recrea la función original para marionetas ideada por el escritor francés. "Miró sorprende por la violencia de la gama cromática, con colores muy fuertes, ácidos, poco comunes en su paleta, que refuerzan su crítica a la tiranía", explica Dolores Durán, comisaria de la exposición.

En la segunda serie, Ubu aux Baléares (1971), compuesta por 23 litografías, Miró incluye en ellas textos groseros y mordaces dirigidos a la figura dictatorial del Père Ubu, trasunto de Franco.

Cuatro años después, en 1975, Miró trabaja en su último libro sobre el personaje de Ubú. Se trata de L'Enfance d'Ubu, que incluye 38 obras entre las que se encuentran un grupo de estampas con palabras y textos procaces del acervo mallorquín.

Ya nonagenario, en 1977, seis años antes de morir, Miró sacó fuerzas para colaborar en la obra teatral Mori el Merma, de la compañía La Claca, en la que Merma es identificado con Franco. La obra fue estrenada un año después en Palma de Mallorca con gran repercusión internacional. Miró salió a saludar a escena rodeado de una corte de personajes cuyas caras rasgadas por un trazo rojo simbolizaban la libertad de expresión y recordaban la tiranía y el absurdo de un dictador vulgar y sangriento.