Hegemonía contra cambio de ciclo
Las elecciones municipales serán la primera prueba antes de las autonómicas - Griñán se juega el arraigo de su liderazgo y Arenas, la credibilidad de su apuesta
Las primeras elecciones de la crisis que se celebran hoy determinarán un nuevo mapa municipal en Andalucía, con 771 ayuntamientos en disputa y ocho diputaciones provinciales. Pero de manera inevitable estos comicios tienen una segunda lectura: son la primera prueba no simulada para medir las fuerzas de PSOE y Partido Popular a 10 meses de las elecciones autonómicas. Por primera vez en su historia, los socialistas andaluces compiten este domingo con más de una docena de encuestas en contra y con un electorado que está dolorido, castigado por la dureza de la crisis económica y el desempleo. "Es la primera oportunidad", recuerda la directora del Centro de Análisis y Documentación Política y Electoral de Andalucía, Carmen Ortega, "para castigar al partido en el Gobierno".
Los socialistas viven un momento de incertidumbre, en víspera de primarias
Los populares están a la voz que dé su líder, sin cuestionar las estrategias
El resultado del 22-M será un termómetro lo suficientemente fiable y amplio para comprobar si, como vaticinan los sondeos, hay un cambio de ciclo político en la comunidad o el PSOE conjura el vendaval popular que profetizan. Todos ellos apuntan a un fin de etapa tras 30 años de gobiernos autonómicos socialistas y aseguran que la derecha superará en votos al PSOE. También señalan la consolidación del Partido Popular en los grandes núcleos urbanos.
Desde 1995, los populares ganan en las ocho capitales, aunque los pactos de la izquierda PSOE-IU les han cortado el paso a algunos gobiernos locales. Salvo en 2003 en el caso de Sevilla, el PSOE lleva 16 años sin conectar con un electorado eminentemente urbano. Además, los candidatos socialistas no han aguantado después cuatro años en la oposicición. La cara del PSOE frente a los alcaldes ha sido invisible o, cuanto menos, borrosa.
El objetivo del PSOE en estas elecciones es obtener más votos, más alcaldes, más concejales y más diputaciones que el PP. Es una meta modesta, pero tal y como están de alicaídas sus expectativas -"lo raro es que alguien crea que vayamos a ganar con cinco millones de parados", asegura un dirigente- es ambiciosa. Conforme se ha ido acercando la campaña electoral, el PSOE ha pasado de mirarse en el espejo de los resultados conseguidos hace cuatro años (8,5 puntos de diferencia con el PP, 489 alcaldías, 4.390 concejales y ocho diputaciones) a la imprecisa aspiración de sacar "más" que el PP. ¿Cuánto es más? "Un voto", sostiene un dirigente. La ejecutiva regional del PSOE no contempla un desplome ni siquiera un empate, sino a lo más una caída de tres puntos respecto a 2007.
Estas serán además las primeras elecciones del presidente de la Junta. José Antonio Griñán, como líder del PSOE andaluz. En un momento de gran incertidumbre en el PSOE, con unas primarias en puertas, Griñán y su equipo pueden salir dañados o reforzados. Hoy se verá. Griñán ha hecho campaña en autobús, lo que ayudará a acrecentar su nivel de conocimiento entre los electores, y ha negado en todos sus actos que las de hoy sean unas elecciones primarias. Su mensaje ha girado en torno a hacer valer la gestión de los socialistas como los únicos que han patrocinado y consolidado el Estado del bienestar y ha apelado al corazón y la ideología "porque un socialista jamás se arruga".
Lo que se juega Arenas no es inversamente proporcional a lo que se juega Griñán. Aunque no gane del todo, como predicen las encuestas, subir, va a subir. Y los dirigentes que le rodean apuntan que el líder popular tiene siempre balas en la recámara para resistir un año más hasta ver cómo se despeja el escenario final de las autonómicas y generales: si logra alcanzar la presidencia de la Junta de Andalucía, o pierde y se va con Mariano Rajoy a la Moncloa (si es que este llega al poder). Se trataría de una prórroga algo espinosa, pero soportable.
En el caso de que el PP no supere globalmente en votos al PSOE en Andalucía, se echará mano de la lectura del arraigo socialista en las zonas rurales y la necesidad de hacer un esfuerzo mayor. Si Juan Ignacio Zoido no es alcalde de Sevilla (el símbolo del ascenso imparable del PP), el argumento girará en torno al cambio de la ley Electoral para que gobierne el partido con más sufragios, apuntalado con la acerada crítica a la suplantación de la voluntad ciudadana por los pactos fraguados en los despachos.
Eso en lo que se refiere a la posición personal de Arenas en el partido. Para la organización, quedarse a las puertas de las expectativas que han levantado las encuestas sería, sin duda, una decepción, pero el barco popular -estable y perfectamente hermético- navega a la voz de su presidente, y no hay nadie dispuesto a remar en dirección contraria, aun en la hipotética disyuntiva de que Arenas empiece a tener dificultades para vender su marca personal como un plus.
De cualquier manera, los dirigentes del PP sostienen que los números de las encuestas son demasiado elevados. Bien para no desmovilizar a los suyos, bien para curarse en salud, tiran del globo para abajo y recuerdan la rémora que supone la amplia distancia de votos que se vio en las elecciones europeas en tres provincias: Jaén, Huelva y Sevilla. "Si logramos más votos en el cómputo andaluz, el cambio de ciclo podría estar asegurado; significaría que quebrar la hegemonía socialista en esta comunidad, tras 30 años, no solo es posible sino que es probable", señala un miembro de la dirección.
Las frases
- Griñán: "La indignación no puede regalar el poder a la derecha". "Todos los avances sociales llevan la firma de un socialista y el rechazo de la derecha". "No os creáis que el PP vaya a bajar los impuestos y mantener las prestaciones. Son propuestas de vendedores de crecepelo".
- Arenas: "Griñán es el jefe del insulto y los radicalismos"."El programa del PP es empleo, empleo y más empleo"."Está en juego un trozo de futuro, pero en ningún caso la vida, como parece que piensa el PSOE"
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