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Elecciones 22-M

Feijóo llama a frenar las coaliciones que han "pervertido el sistema"

Blanco cierra la campaña con una durísima andanada contra el presidente - El Bloque insiste en que es la única opción para cerrar el paso a la derecha

Con las encuestas muy ajustadas y el futuro de cinco ciudades (Vigo, A Coruña, Santiago, Ferrol y Lugo) en el aire, el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, cerró ayer la campaña de las municipales endureciendo el discurso contra las coaliciones hasta concluir que los bipartitos han "pervertido" el sistema democrático. En un almuerzo en Santiago, donde el PP fue primera fuerza hace cuatro años y pasó a la oposición, Feijóo arengó a los suyos para que acudan en masa a las urnas. Subió el tono en las críticas a las coaliciones para deslegitimarlas y concluyó: "Nuestro sistema ha sido pervertido por los que se descalifican mutuamente sabiendo que gobernarán si no son capaces de impedir que el partido que gane no gobierne". "Necesitamos un juego limpio, claro y transparente", clamó, mirando al primer presidente de la Xunta, Gerado Fernández Albor, sentado en primera fila. "Albor fue presidente porque se jugaba limpiamente, los padres del autonomismo nunca jugaron con las reglas".

El PP "no soporta que el Gobierno invierta en Galicia", dice el ministro

Feijóo considera una perversión del sistema las coaliciones postelectorales siempre que no las lidere la fuerza más valorada. Ayer citó como ejemplos Sevilla, Valladolid y Albacete y coligió que, si no existieran los nacionalistas, el PP estaría preparándose también en Galicia para sacar cuatro o cinco concejales de ventaja al PSOE en ciudades con hipotéticos escenarios bipartidistas. Obvió que, según esa misma ecuación, él mismo no hubiera llegado a presidente, puesto que socialistas y nacionalistas sumaron en las autonómicas 6.000 votos más que el PP y solo el reparto que hace la Ley D'Hondt entre los tres partidos sirvió a los populares la mayoría absoluta.

Claro que ayer no era día para lecciones de derecho constitucional y sí para arrear la última ración de estopa a los bipartitos. Y ese fue el mensaje que paseó el presidente desde Vigo hasta Pontevedra, de Santiago a Ferrol y luego hasta A Coruña, pasando por Poio y Caldas, en la maratoniana jornada que puso fin a su campaña. En el epílogo en Ferrol rompió la rutina de dejar cerrar al candidato para aprovechar su último mensaje en directo a las cámaras de TVG y pedirle a la sociedad otro cambio, dos años después de su llegada a la Xunta: "Galicia dijo entonces que no quería malgasto, división ni bipartito y votamos coalición con el pueblo y los votos que salen de las urnas. Y tenemos más razones que nunca para volver a cambiar". Lanzada la promesa en la televisión, retomó el castellano que siempre emplea en Ferrol para recordar que su partido "no va a buscar pactos en contra de las urnas, porque los demócratas de verdad aceptan los resultados" Lo dijo en un ayuntamiento donde sus opciones pasan por pactar con el partido de independientes del ex conselleiro Juan Fernández.

Mucho antes, Feijóo había madrugado para presentar a Telmo Martín en Pontevedra. Con las fotos de las protestas de los jóvenes acampados aún frescas , advirtió que "la democracia es el único sistema que admite errores y los corrige" y que lo que falla no es el sistema, sino "la gestión de Gobiernos concretos".

Los socialistas cerraron su campaña en Lugo, donde el ministro de Fomento, que ya ha votado por correo al alcalde de la ciudad, José López Orozco, se entregó a uno de los mayores ataques a Feijóo que se le recuerdan. La razón, por supuesto, era el AVE. La andanada de José Blanco, al límite de la crisis institucional, le llevó a declararse "avergonzado" por "las mentiras a sabiendas" del presidente. "No hay derecho a ser tan indecente e inmoral", arrancó, aprovechando unas declaraciones de Feijóo en las que aseguraba que el Gobierno no ha certificado ni un euro para el AVE gallego.

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"No es un euro, no: son 4.000 millones los que hemos licitado", clamó el también vicesecretario general del PSOE. Así las cosas, Blanco se plantea no invitar a Feijóo a la inauguración, este año, de la línea A Coruña-Santiago-Ourense, "porque a una persona con tanta cara hay que darle de bruces con la realidad". Lanzado como estaba, buscó razones a las palabras de Feijóo: "No soporta que el Gobierno invierta en Galicia como lo hace, porque quiere lo peor para Galicia, porque no quiere ni siente a su tierra. Y el que no quiere a su tierra lo tiene muy fácil: que deje el cargo a otro, pero que no engañe". Siguió: "La semana que viene le mandaré en cajas las copias de todas las certificaciones que hemos hecho". Antes de pasar a otros asuntos, Blanco dejó un críptico mensaje a Feijóo. Fue el presidente de la Xunta el que puso en el Pacto del Obradoiro la fecha de en torno a finales de 2015, "él sabrá por qué". "Y yo tomé nota en el acta, porque sabía con quién me jugaba los cuartos". Una fecha que, en todo caso, Blanco reiteró ayer.

El ministro eligió la ciudad en la que está empadronado para poner punto final a la campaña, con un mitin ante unas 800 personas en el que le acompañaron, además de Orozco y del presidente de la Diputación lucense, José Ramón Gómez Besteiro, el secretario general del PSdeG, Pachi Vázquez, que aprovechó la ocasión para realizar un último llamamiento a "los progresistas". "Tenemos que juntarnos y hacer fuerza, para que estas mayorías que tenemos se conviertan en apoyo a los candidatos que defienden la sanidad, la educación y la ética". Esta última frase del mitin final resume algunas de las principales ideas transmitidas por Vázquez en las últimas dos semanas. Las alusiones a los recortes sociales de la Xunta han sido una constante en la campaña de Vázquez, que se resume en la frase de uno de los colaboradores con mayor peso en el diseño de su estrategia electoral: "A nuestra gente, la defensa de los derechos sociales la pone a cien". Si hay una palabra que ha aparecido en los cientos de actos en los que Vázquez ha participado es copago. El líder socialista se refiere a la privatización de la sanidad pública como una estrategia hacia el copago; a la gestión de los centros para mayores como copago, al fin de la gratuidad de los libros de texto e incluso al catálogo de fármacos.

En Pontevedra gobierna, desde 1999, un alcalde nacionalista, Miguel Anxo Fernández Lores. Y en esa ciudad, la más grande en manos del Bloque, Guillerme Vázquez ejerció como concejal durante seis años. Las dos circunstancias pesaron a la hora de que el BNG situase allí el cierre de su campaña. A lo largo de estos 15 días, Vázquez ha escenificado su distancia respecto al discurso de su antecesor, Anxo Quintana, y se preocupó por colocar a su organización como "la única alternativa de la izquierda real". Ni rastro del Estatuto de Nación, apenas un par de menciones al nacionalismo y, cuando en los mítines evocó a Castelao y a Bóveda, lo hizo para reivindicar su identidad "democrática y de izquierdas". Ayer se valió de un texto del rianxeiro para arremeter contra la usura financiera. "No puede ser que las cosas sigan así", expuso, "porque esta crisis la han causado los banqueros especulativos y la están pagando los asalariados, las mujeres, los autónomos, los pequeños empresarios y los pensionistas".

Guillerme, como nombran a Vázquez en las notas de su organización, se ha reservado en cada encuentro el diagnóstico de la situación general. Y los furibundos ataques, a veces con un tono indignado al que ayuda la ronquera de su voz, a Feijóo, "mucho vaquero y muchas gafitas, pero puro FAES, pura reacción". "Zapatero y el PSOE en Madrid" fueron acusados en cada uno de sus discursos de practicar la misma política de derechas que el PP en la Xunta: "Recortes, privatización de sanidad y servicios sociales, negocio para sus amigos". Eso sí, de sus embestidas contra los poderosos -Botín y Strauss-Kahn son sus preferidos, aunque han comparecido igualmente Felipe González, Aznar o "la emperatriz Angela Merkel"- suelen librarse los socialistas gallegos.

En los últimos días, y Pontevedra no fue excepción, el líder del Bloque ha apelado también a los manifestantes que desde el 15 de mayo acampan en las plazas y exigen democracia no tutelada por los mercados. "Indignarse está muy bien, rebelarse está mejor, pasar a la acción, mejor todavía", repite Vázquez, quien identifica una de las formas de la acción con el voto al BNG.

Guillerme jugaba ayer en casa. El Pazo da Cultura, casi lleno con 800 personas, recibió con aplausos entusiastas a un Vázquez que se confesó "encantado" de estar donde nació, donde aún vive y donde se encargó de gestionar la seguridad ciudadana. "Y presentar al mejor alcalde de la historia de Pontevedra, Miguel Anxo Fernández Lores", dijo, elevando el volumen. En la conexión en directo con TVG, no se anduvo con rodeos: "Pido el voto de la gente gallega de corazón y de izquierdas, el voto que más duele a la derecha".

Feijoó (tercero por la izquierda) junto al candidato en Ferrol, Jos?ñe Manuel Rey Varela, y militante de su partido, en el mitin de cierre de campaña.
Feijoó (tercero por la izquierda) junto al candidato en Ferrol, Jos?ñe Manuel Rey Varela, y militante de su partido, en el mitin de cierre de campaña.GABRIEL TIZÓN

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