"Las crisis te hacen más fuerte"

"¡Vamos, Charly!". Novak Djokovic (Belgrado, 1987) se mueve por Madrid acompañado por Carlos, su sparring español, amparado por el pasaporte diplomático que le concedió Serbia tras ganar la Copa Davis en 2010 y convertido en un ciclón. Ayer, antes de atender a este periódico, arrolló a Guillermo García López por 6-1 y 6-2, logró su 31ª victoria seguida y se citó hoy, en los cuartos de final del Masters de Madrid, con David Ferrer, vencedor del ucranio Sergéi Stakhovsky por 6-3 y 7-6 (3).

Pregunta. Dicen que habla usted muy bien castellano.

Respuesta. La vida es una tómbola, tom-tom-tómbola... Es mi canción preferida. También sé decir Albacete, Murcia, este ascensor baja, este sube, ¿eres masajista o tenista? Mejor que el serbio de muchos [se ríe].

"Uno no nace con confianza, se la gana. Tú la sientes. Y tu rival, también"

"Nadal es uno entre un millón. Yo tuve éxito pronto. Luego, subidas y bajadas"

P. ¿Cómo trabaja el físico?

R. Cojo una bici y subo montañas en Montecarlo. Siempre intentamos ser creativos porque me gustan otros deportes: bicicleta, remar en canoa... Me motiva y me divierte. Llevar a mis amigos detrás, gritándome desde un coche, mientras subo con la bici una montaña me divierte. Va el equipo al completo. Me motiva saber que en lo alto de la montaña hay un club de golf y que, si hago un buen tiempo, me permitirán jugar.

P. ¿A qué ha renunciado para estar donde está?

R. Al tiempo libre. Me gustaría tener un periodo de descanso. Los tenistas no tenemos más que dos semanas en todo el año. Es duro. Echo también de menos la vida social, hacer turismo... Es la quinta vez que vengo a Madrid y no he visto nada.

P. Se lleva muy bien con el estadounidense John McEnroe. ¿Qué le dirá si supera su racha de 42 encuentros seguidos ganando en 1984?

R. Supongo que me llamará para retarme. Su marca es increíble. No esperaba ganar tantos partidos como los que llevo. Estoy muy satisfecho con estos meses. Nunca jugué mejor. Quiero mantener el momento, ganar todo lo que pueda. Esa es la prioridad. Eso es lo que está en mi cabeza. No quiero pensar en romper récords por muy honrado que me sienta de formar parte de esa élite de leyendas del tenis: McEnroe, Lendl, Nadal... Mire, tengo otras ambiciones, otras metas, para este año.

P. ¿Cuánto le ha ayudado renunciar al gluten para ganar torneos grandes?

R. Prefiero no hablar de eso. Es privado. He cambiado mi régimen y eso me ha ayudado con las alergias. Estoy siendo muy profesional.

P. Cuando dice eso, puede dar la impresión de que antes no lo fuera.

R. ¡No, no, no! Hace tres años gané mi primer grande, el Open de Australia. Es un proceso de aprendizaje. Nadal, por ejemplo, es uno entre un millón. Consiguió ganar grandes con 17 años. Eso es fantástico. No es normal. Yo tuve éxito muy pronto. Luego, subidas y bajadas. Era algo de esperar. Hay periodos de crisis que te hacen más fuerte. He madurado mentalmente como jugador y como persona. Lo siento en la pista y en mi vida privada. Tengo una perspectiva distinta. He crecido. Logré buenos resultados muy pronto y con ellos llegaron las expectativas, la presión. Me ha llevado tiempo acostumbrarme.

P. ¿Qué es la confianza en el tenis?

R. Uno no nace con confianza, se la gana. Tú la sientes. El rival también puede sentirla. Este es un juego mental. Si ganas mucho, logras que te respeten más. Es una ventaja. Tras muchos años, tengo experiencia. Sé qué hacer en la pista, cuáles son las tácticas.

P. Sus padres y sus hermanos ya no viajan tanto con usted.

R. Es parte de crecer. Son mi sangre y me siento afortunado por tenerles. Vienen cuando pueden, pero ya puedo estar solo. Sé que tengo que hacer el trabajo en la pista independientemente de quien esté conmigo. Mi trabajo es ganar. He aprendido a excluir a quienes están a mi alrededor, a centrarme en el tenis y no prestar atención a lo que ocurre a mi alrededor. Siento también un gran amor por mi novia y eso me da mucha energía. Son energías diferentes y positivas que hay que aprender a controlar sin perder la cabeza.

P. ¿Por qué David Ferrer está entre los seis mejores?

R. Por lo que dicen todos de él: es un muro.

P. ¿Qué tiene Rafael Nadal que usted no tenga?

R. Su mano izquierda. Es zurdo. No me quiero comparar. Tengo mi propia personalidad, distinta a la suya o a la de Federer. No se pueden comparar las personas, especialmente si son grandes rivales.