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FÚTBOL | 33ª jornada de Liga

El equilibrio de Raúl

Nunca perdió de vista la sensatez, dio un paso al frente con impactante seguridad cuando fue preciso y llegó a convertirse en una de las piedras angulares del equipo rojiblanco. Raúl Fernández, el portero debutante del Athletic, en un duelo exigente y emocional donde los haya, demostró fortaleza, desplegó con inteligencia sus impresionantes 196 centímetros al servicio del equipo rojiblanco y fue ejemplo de guardameta equilibrado. Fue valiente ante Griezmann, con Estrada y cuando frenó a Zurutuza. Sacó los puños con decisión y casi logró mantener a cero la portería durante toda la primera parte, hasta que Javi Martínez metió en propia puerta. Ya le había ocurrido a San José en la ida.

Raúl estaba llamado a ser el jugador al que más de cerca iba a seguir la afición y el equipo. Sin darle demasiada importancia a esa circunstancia, el portero esquivó con temple los errores del principiante y abrazó toda la suerte de las ocasiones recién estrenadas. Como ya hiciera en un amistoso ante el Celtic, en el que defendió la meta con madurez impropia de su breve carrera, Raúl dejó de lado la lógica falta de confianza de los estrenos. Así salió a la luz una gran baza rojiblanca, obligada por la baja de Iraizoz por amonestaciones. El bilbaíno demostró a Caparrós, a los aficionados y a sí mismo que tiene madera de sobra al entregar a la parroquia de San Mamés una buena tarjeta de presentación.

Sueño cumplido el de este joven de 23 años, que supo enfrentarse al derbi de la mejor de las maneras en el habitualmente cruel San Mamés. En la segunda parte, cuando más peligroso se puso el partido para el Athletic, regaló al público dos paradas espléndidas a Prieto y Aranburu y supo aguantar las presiones propias de un duelo como el de ayer.

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