La caja admite que ha pedido una reserva de dinero público de 2.622 millones

Novacaixagalicia informó ayer a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) que ha solicitado como "límite máximo" un total de 2.622 millones de euros al fondo de rescate. Es lo que necesita para conseguir el capital mínimo que le exige el Banco de España para seguir operando y que tendrá que cumplir el próximo 31 de septiembre. Hasta ayer, sin embargo, la entidad siempre se había resistido a confirmar esa cifra, ya que su proyecto rebaja entre 1.000 y 600 millones la inyección pública.

En los próximos meses se espera que la caja acelere al máximo las desinversiones y se desprenda de los activos de mayor riesgo para cumplir sus objetivos. También negocia la entrada de capital privado, aunque todavía no hay ningún pacto cerrado más allá de tanteos con posibles inversores, como la aseguradora Aviva.

El plan que Novacaixagalicia planteará al supervisor en las próximas semanas mantendrá una petición al fondo de rescate de entre 1.622 millones y 1.972, que se sumarían a los 1.264 ya recibidos para acometer la fusión. Eso quiere decir que, a través de varias medidas, NCG espera ajustar sus cuentas para rebajar en septiembre la factura de los 2.622 millones.

Si finalmente el Estado tiene que aportar el tope máximo solicitado, asumirá el control mayoritario de los órganos de gobierno del banco que se va a poner en marcha. El porcentaje de participación pública se concretará cuando el supervisor haga la valoración.Para intentar cumplir con el calendario de desinversiones, la entidad anunció ayer una nueva medida. Aplicará descuentos de un 21% a un paquete de 386 inmuebles de segunda mano. Estos descuentos no son lineales, sino que en algunos casos pueden llegar, según Novacaixagalicia (NCG), al 45%. La caja que copreside Julio Fernández Gayoso tiene a la venta más de 2.000 viviendas y 77 promociones en toda España. La mayoría salen al mercado con un precio inferior a 150.000 euros, y la caja ofrece la posibilidad de una financiación por el 100% de su precio. Casi un tercio cuestan menos de 100.000 euros.

Al margen de la estrategia comercial, la guerra en la esfera política continúa coleando. El alcalde de Vigo, Abel Caballero, sigue insistiendo en la mala salud que, en su opinión, tenía Caixa Galicia antes de la fusión, a lo que el copresidente de la caja, Mauro Varela (procedente de la antigua entidad de A Coruña), contestó el jueves con una invitación para que se informe "pidiendo las cuentas de ambas en el Registro Mercantil".

La respuesta de Caballero se produjo ayer con otra grave acusación: "Hablo de los balances de verdad, de los reales", dejando entrever una doble contabilidad -la pública y la conocida por el Banco de España-. En esta línea aseguró que tanto él como el organismo regulador eran "conocedores de los balances de verdad que tenía Caixa Galicia y conocedores de la gran mentira del señor Feijóo cuando cogió a [la consultora] KPMG, le pagó un millón de euros para que enseñara unos balances que no valían para nada, como está demostrando la propia realidad".

Desde el BNG los dardos fueron para el regulador. El portavoz nacional Guillerme Vázquez, aseguró que "el Banco de España [y su gobernador] es tan de fiar como una moneda falsa". Tampoco faltaron las críticas al Gobierno de Núñez Feijóo, que, según Vázquez, "sigue de oyente en este proceso y no toma ninguna decisión".