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Necrológica:
Perfil
Texto con interpretación sobre una persona, que incluye declaraciones

Dede Reshat Bardhi, líder sufí

El religioso albanés, jefe de la secta bektashi, sufrió la represión de Hoxa

María Antonia Sánchez-Vallejo

Paradojas de la vida, o de la muerte. A la ceremonia fúnebre de hajji Dede Reshat Bardhi, líder de la orden sufí de los bektashis, celebrada el pasado 4 de abril en Tirana, asistió el régimen albanés al completo, desde el presidente del país y el primer ministro hasta el último figurante político. Cuatro décadas antes, en 1967, la revolución cultural del líder estalinista Enver Hoxha, que prohibió cualquier práctica religiosa, había condenado a Bardhi al ostracismo, a vivir recluido en el campo durante 23 años. Hajji (tratamiento que se concede a los musulmanes que han peregrinado a la Meca) Dede Reshat Bardhi murió a finales de marzo en Tirana, a los 76 años.

La capital albanesa es el centro mundial de los bektashis, una orden islámica sufí a la que pertenecen, según fuentes de la comunidad, siete millones de personas, de Albania a Estados Unidos o la Grecia septentrional. Fue fundada por el místico y humanista anatolio hajji Bektash Wali, que vivió durante el siglo XIII en Anatolia (Turquía). En paralelo a la ocupación otomana de los Balcanes, se extendió por el sureste de Europa. Tras la prohibición de todas las órdenes religiosas por parte del fundador de la moderna Turquía, Mustafá Kemal Atatürk, la comunidad estableció en 1929 su sede en Tirana. En tiempos de la ocupación nazi, según fuentes de la orden, casi la mitad de los albaneses eran bektashis, incluido el primer ministro, Medi Frasheri, que organizó un plan para salvar a todos los judíos del país. La amistad entre musulmanes como los bektashis y judíos se entiende mejor si se tiene en cuenta la naturaleza herética de la secta, que deriva del imán Ali, yerno del profeta Mahoma e inspirador del chiísmo.

Como otras muchas hermandades sufíes, los bektashis atesoran las suficientes características sospechosas para suscitar, si no la sarta de prohibiciones que ha caído sobre ellos, sí el abierto recelo del islam oficial, el que se basa en el Corán y la sunna (tradición), es decir, la pura ortodoxia islámica. Los bektashis son una orden sufí y por tanto mística; beben de lo chií y durante casi toda su historia han evitado la vida pública. Por todo ello, las cofradías sufíes -entroncadas en el islam popular, el de los santos marroquíes o los derviches turcos o sirios- han sido siempre células libertarias en el seno de la ortodoxia suní, pero también una dudosa anomalía en una religión que en muchos casos se identifica con el Estado en que se practica. Hajji Dede Reshat Bardhi, que desde 1993 ostentaba el liderazgo mundial de los bektashis, pagó caro el riesgo de desviarse de la norma: una década en las cárceles del estalinismo. Pero a su muerte, el Gobierno albanés le ha honrado con una jornada de luto oficial.

Dede Reshat Bardhi.
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