"Los articulistas de la derecha recurren al insulto y la zafiedad"
"Es el lenguaje de la extrema derecha pasado por el churro y el tocino. En lugar de hablar, escupen por el hueco del colmillo con el palillo entre los dientes. Es el lenguaje de la derecha pasado por el tamiz de la pandereta, de la castañuela y del chulo de barrio". Así define el periodista José María Izquierdo el lenguaje utilizado por 10 articulistas. Izquierdo, que fue director adjunto de EL PAÍS, ha reunido lo que escriben 10 columnistas en el libro Los cornetas del apocalipsis (La Hoja del Monte), que presenta hoy, a las 19.30, en la librería Beta (Sierpes, 9), en Sevilla.
"Son distintos entre ellos. Cada uno tiene su propia personalidad. Los define la exageración, la falta de continencia, el hecho de situarse en posiciones extremas... Siempre recurren a los mismos tópicos respecto a la izquierda. Se sitúan, digan lo que digan, en la extrema derecha. El suyo es el mismo juego del Tea Party americano, cuyos miembros dicen que son ultraliberales y mantienen posiciones que en Europa son claramente de extrema derecha. Sarah Palin es el ídolo de Fernando Sánchez Dragó", detalla Izquierdo, que utiliza "la fórmula del autorretrato". "Quiero que la gente se califique a sí misma y por eso pongo frases textuales de ellos. Pueden resultar largas pero no quiero descontextualizarlas", explica el periodista. Son, así, estos articulistas los que se definen con sus propias palabras.
Los 10 elegidos son Federico Jiménez Losantos, César Vidal, Pío Moa, Alfonso Ussía, Isabel San Sebastián, Carlos Dávila, Fernando Sánchez Dragó, Antonio Burgos, Hermann Tertsch y Juan Manuel de Prada.
"Todos ellos están en contra del aborto. Pero, por ejemplo, Jiménez Losantos es más liberal en el tema de la homosexualidad, mientras que a otros, como Antonio Burgos, lo único que se les ocurre es insultar a los mariquitas. Rechazan cualquier cosa que representen los sindicatos, la izquierda, la solidaridad... Defienden el mínimo Estado posible, que el Estado solo exista para defenderlos... No quieren que haya educación para todos. Solo quieren Estado para que les ayude a ellos. Hay unos que son ultrarreligiosos y otros que no lo son. César Vidal es protestante. Cada uno de ellos tiene principios diferentes. Les une el odio a los socialistas, a los sindicatos, a lo que representan los valores de la izquierda", comenta Izquierdo.
"Recurren al insulto, a la zafiedad, a la humillación de las personas. Para ellos no hay homosexuales sino maricas sebosos. Es un lenguaje mezcla de fascismo y barra de bar. Es el lenguaje de la extrema derecha pasado por el churro y el tocino", resume Izquierdo.
Sus textos y palabras crean una red de seguidores no muy grande pero muy sonora. La violencia generada por las palabras se extiende como el aceite en la calle. "Llegan a hacer un grupo de hooligans. Esto es lo mismo que el grupo de hooligans de un equipo de fútbol. No son muy numerosos, pero gritan mucho. No son demasiados, pero son muy chillones. Trabajan para un grupo de oyentes que no llega al millón pero que está muy fanatizado", dice. El peligro es que ese millón corto de personas hagan "cosas tan zafias" como las que oyen y leen, que multipliquen en la barra de bar los insultos que han escuchado. "Esto tiene el peligro de hacer difícil la convivencia entre los ciudadanos", concluye Izquierdo.
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