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Anpas exigen a Educación que gestione los comedores

Padres amenazan con cerrar el servicio el próximo curso

Pablo Linde

Lo único que asegura que mañana estarán abiertos los comedores de la mayoría de los colegios públicos gallegos es la voluntad de los padres. Son ellos, a través de las asociaciones, quienes los gestionan y administran. Es a lo que dedican la mayoría de su tiempo las Anpas, según asegura Nerea de Valenzuela, presidenta de la Federación Compostela, que agrupa a nueve centros de Santiago. Pero está decidida a que esto termine. "No pedimos que la Xunta pague la alimentación de los alumnos, pero son centros públicos y el comedor tiene que ser gestionado por la Administración", afirma.

El CEIP Pío XII de Santiago, al que pertenece el Anpa que preside De Valenzuela, celebró ayer una asamblea en la que la junta directiva pedía el apoyo de los padres para continuar con su lucha, que persigue que educación se haga cargo de la gestión de los comedores. Ya se ha celebrado en otros centros de Santiago (donde esta tesis ha ganado en seis y perdido en tres) y es un movimiento que se extiende por otros municipios de Galicia. La Federación de Anpas Compostela mantiene conversaciones con organismos homólogos de una decena de municipios para movilizarse en favor de esta reivindicación con visos a configurarse como una nueva confederación de ámbito autonómico. Se sumarían así a la ya existente para los centros públicos, la Confapa, que lleva años pidiendo a la consellería que se haga cargo de la gestión de los comedores. "Pero si no lo hace la Xunta, tendrán que hacerlo las Anpas", justifica su presidente, Virgilio Gantes.

"Actuamos como una ONG y no lo somos", lamenta una madre

Ahí parecen diferir de esta nueva corriente de asociaciones, que se muestran más combativas y están dispuestas, si los padres lo respaldan, a cerrar los comedores el año que viene. Su apuesta es por el ultimátum, tanto en cada centro -las juntas directivas se van si no son respaldadas- como en toda la comunidad autónoma. "Nos volveremos a reunir con la concejalía de Educación de Santiago y con la consellería si nos reciben, pero la respuesta hasta ahora siempre ha sido la misma y no creemos que cambie", explica Nerea de Valenzuela.

El curso que viene es el límite que se marcan para dejar de gestionar este servicio, que "absorbe todo el tiempo" de las Anpas y les impide, según cuenta la presidenta de la federación compostelana, "dedicarlo a la función que realmente tienen las asociaciones: preocuparse por la educación de los hijos".

Mediante el trabajo conjunto, en Ferrol, Mugardos, Narón, Bolo y Muíños las asociaciones de padres consiguieron que los Ayuntamientos se implicasen y la Xunta se responsabilizase en parte de los comedores. Eso sucedió, según una portavoz de Educación, por la colaboración de los Consistorios. Pero en principio no será la regla, como le adelantó el conselleiro Jesús Vázquez a la Federación Compostela hace unos meses.

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La reivindicación que hacen los padres "no es un capricho", justifican. "Prefiero no pensar en que suceda una desgracia en un comedor, pero no es solo eso, es que ahora estamos actuando como una ONG y no lo somos", relata De Valenzuela. A pesar de eso, hay padres que son favorables a que las Anpas sigan gestionando los comedores. Sin ir más lejos, la postura de esta presidenta salió derrotada en la asamblea de ayer y va a presentar su dimisión para que otros padres se hagan cargo de esa responsabilidad.

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Sobre la firma

Pablo Linde
Escribe en EL PAÍS desde 2007 y está especializado en temas sanitarios y de salud. Ha cubierto la pandemia del coronavirus, escrito dos libros y ganado algunos premios en su área. Antes se dedicó varios años al periodismo local en Andalucía.

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