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Tentaciones
Reportaje:INTERNET

QQ le tose a Facebook

Cinco pitidos agudos en rápida sucesión. Se escuchan en bloques de oficinas, restaurantes, medios de transporte o baños públicos. Se han convertido en la banda sonora de China, un elemento clave del comportamiento de su población en el siglo XXI. Provocan un súbito cambio en la atención de quien los escucha, y ya son, según la empresa de medición Alexa (propiedad de Amazon), más de 448 millones de usuarios únicos. El logotipo de QQ, un pingüino con una bufanda, representa hoy al Gran Dragón mucho mejor que la hoz y el martillo. No se trata solo de jóvenes y urbanitas, está presente hasta en el último rincón del país.

No hay dispositivo electrónico conectado a Internet en China que no cuente con su servicio de mensajería instantánea por excelencia, el de mayor número de usuarios del mundo. Chatean, pero eso es lo de menos. Si no, que le pregunten a Zhang Shufang. Esta residente en Zhengzhou, de 23 años, es una de los 450 millones de internautas chinos que no serían capaces de vivir sin su pingüino. De hecho, ya existen más cuentas que internautas en China.Según Alexa, superan los 630 millones. Si se suman las inactivas, el número acaricia los mil millones. "Antes que dar mi número de teléfono, prefiero dar el de QQ, porque puedo conectarme con el móvil sin gastar dinero", explica, antes de enumerar todo lo que hace a través de la novena página web más visitada del planeta.

Todo pasa por la censura, así que ¿por qué molestarse con Facebook si QQ la iguala en usuarios?

Sin duda, la mascota de la empresa Tencent es mucho más que un messenger. Lo tiene todo. Zhang utiliza su e-mail (QQMail) y el disco duro virtual (Wangluo Yingpan), escribe un blog (QQZone) y un microblog (Tencent Weibo), se baja música y sonitonos (QQYinyue), compra online (Paipai) y juega en red (QQYouxi). También adquiere billetes de China Southern Airlines, busca pareja sin éxito en QQTongchang -que ha dado lugar a relaciones bautizadas como QQ Love- y hasta mantiene una mascota virtual, al estilo del Tamagotchi, en QQChoungwu.

Todo sin serle infiel al pingüino resfriado. Y sin poner al Gobierno contra las cuerdas, claro, porque todo pasa por el tamiz de la omnipresente censura china. ¿Así quién quiere molestarse con Facebook (a la que prácticamente iguala en número de usuarios, según Alexa), Twitter (que está censurada), MSN y el resto de competidores extranjeros? China copia, adapta y amplía. Se quita a la competencia a golpe de decreto, y luego arrasa. El 5 de marzo de 2010, QQ batió otro récord que lo demuestra: cien millones de usuarios se conectaron de forma simultánea a las 19:52:05. No es de extrañar que el año pasado obtuviera beneficios por 8.000 millones de yuanes (unos 900 millones de euros) y que se permita pagar casi 3.000 euros mensuales a sus casi 7.000 empleados.

A pesar de su clara supremacía, el soniquete de QQ tiene un duro competidor local: las dos campanadas de Taobao, el gigante del comercio electrónico chino. Si el messenger de Tencent ha dado un vuelco a la forma de comunicarse y utilizar Internet, la compañía del Grupo Alibaba está cambiando la forma de consumir. "Ya es raro que compre algo en las tiendas. La mayoría de mis amigos lo hacemos online", reconoce Zhu Bao, un ingeniero de Shanghái que adquiere en esta copia de Ebay el 80% de lo que compra. Y ese es el porcentaje de mercado que Taobao le ha quitado al gigante estadounidense en China en solo un lustro. Ya cuenta con 370 millones de consumidores compulsivos.

"Puedo hablar con los responsables de las tiendas online (que ya suman más de 2,5 millones) a través del messenger de Taobao y, generalmente, el precio es mucho mejor que en la calle". Además, en el ciberespacio lo puede comprar todo: desde un diamante de 70.000 euros, la suma más alta pagada hasta la fecha, hasta cuerpos de mosquitos muertos a seis céntimos. "Si no está en Taobao, no existe", bromea.

Claro que, como ha denunciado EE UU, no faltan las copias ilegales. Desde películas de Almodóvar hasta el iPad, pasando por los complementos de las marcas de lujo. Es evidente que las reglas en el ciberespacio chino son iguales a las que imperan en sus calles.

<b>Una usuaria enganchada a QQ, la red social que arrasa en China.</b>
Una usuaria enganchada a QQ, la red social que arrasa en China.

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