A las Fallas, con mucho gusto

He pasado 21 días en Valencia sin aburrirme", le confesó Merimée en una de sus cartas a su buen amigo Stendhal, seudónimo bajo el cual el diplomático Henri Beyle ocultaba en 1835 su adicción por la escritura. Stendhal, por aquel entonces vicecónsul francés en Italia, no se encontraba a gusto ni mucho menos. Así que le escribió a su amigo Próspero para que le orientase sobre la posibilidad de visitar algunas ciudades españolas. "Valencia", le aconsejó el creador de Carmen, "es, sin duda alguna, después de Madrid y Cádiz, la ciudad de España que me gusta más para vivir". Las raíces de Carmen tomaron así la fisonomía física y otras particularidades de la remembranza de alguna joven valenciana que el viajero francés después fundió para conformar este gran personaje de la literatura universal. El periplo de aquellos escritores decimonónicos europeos por la llamada "ciudad de las mil torres" ha cambiado, no obstante, su paisaje gótico-renacentista por uno más vanguardista y creativo, donde el diseño de interior muestra a cada paso, cada tienda, cada restaurante, café o mercado, su importancia en la transformación urbanística de la ciudad en las últimas décadas.

Valencia city guide, una guía de bolsillo editada por el Colegio de Diseñadores de Interior de la Comunidad Valenciana (www.cdicv.com), nace pensada para "visitantes exigentes". Por eso escoge 80 espacios que bien por su historia, por el edificio que ocupan o por lo arriesgado de su diseño constituyen una singular oferta para conocer la ciudad en siete días, mientras se desayuna, come, duerme, se toman unas copas o se va de compras por las nuevas avenidas donde arquitectos como David Chipperfield, Santiago Calatrava o Norman Foster han dejado su impronta. Frente a los grandes monumentos, el periodista y autor de la guía, Carles Gámez, y el fotógrafo Héctor Rubio muestran la "cultura de la calle", pasada por el tamiz del diseño de interior y de la cultura contemporánea. Esa que forma ya parte intrínseca de una capital que ha albergado dos ediciones de la Copa del América de vela, el gran premio de Fórmula 1 o el Open 500 de tenis, dando lugar a la generación de nuevos hoteles donde hospedarse una semana en los tres distritos emblemáticos. Transforme el caótico ambiente de las fiestas de Fallas que comienza hoy con sus mascletàs de pólvora diarias y sus más de 700 monumentos de cartón piedra, en una semana para vivir todas las posibilidades sensitivas.

Primera parada: Barrio del Carmen

En pleno centro histórico, en el legendario Barrio del Carmen, se encuentra el hotel Acta del Carmen (www.hotel-carmenvalencia.com) de 4 estrellas con 25 habitaciones y vistas al río Turia, vaciado de agua y convertido desde finales de los ochenta en una especie de Central Park gracias a la reforma del arquitecto catalán Ricardo Bofill. El edificio de cinco plantas ha conservado la fachada original de estilo neoclásico con una reforma donde los suelos de parqué, el estuco veneciano y los cuartos de baño con mármol y luz natural, y la piscina en la terraza (solo en verano), invitan a despertarse y caminar por la Valencia antigua.

El Mercado Central 1 (www.mercadovalencia.es), una obra monumental de hierro de estilo modernista, reformado entre 2000 y 2005 por Horario Fernández del Castillo, es una alternativa para desayunar frente a la joya que es La Lonja de la Seda, en medio del bullicio de puestos que ofrecen una variada gama de productos de la huerta, pescados, carnes, especias y otros más recientes importados de la cocina mediterránea italiana o griega.

Otra opción es empezar el día en Pan Pan 2 (www.panpan.es; La Paz, 1). Un local marcado por la sobriedad decorativa de los interioristas Stefano Colli y Eugenio Martínez, donde los productos artesanales recién salidos de un horno familiar ofrecen un abanico de variedades exquisitas, cuyo aroma desemboca en la primera iglesia cristiana de la ciudad, Santa Catalina, donde se encuentra la centenaria horchatería del mismo nombre 3 (www.horchateriasantacatalina.com; Santa Catalina, 6).

Desde allí, a 200 metros en dirección a San Vicente, un enorme arco con mojones de piedra nos adentra en la Plaza Redonda. Un lugar comercial con olor antiguo a hilos, mercerías, telas o cerámica con puestos de nombres heredados de abuelos a padres y de estos a hijos como Amparín, La Económica o La Concheta. La reforma ha corrido a cargo del estudio Vetges Tu i Mediterránea (VTiM), especializado en investigación histórica, paisajismo y urbanismo. Pero para entender de verdad la indumentaria valenciana autóctona de las Fallas nada mejor que visitar la tienda taller de la apasionada de la historia Victoria Liceras, Siglo XVIII 4, en la calle de Avellanas esquina con Mar. Está decorada por la boutique de flores Carolina Cot 5 (www.cotmilramosderosas.blogspot.com; Mar, 11), una floristería diseñada por la interiorista Vanessa Cot en la que las orquídeas reinan.

Si hace calor, y en Fallas es habitual, no deje de pasar por la Sombrerería Albero 6 (www.sombrerosalbero.com; Xátiva, 21), de referencia para los amantes de un borsalino o un panamá. Ya entrados en compras, Madame Bugalú 7, montada por Jesús Valsera y Ángeles López en el número 3 de la calle de las Danzas ofrece la ropa y complementos con sabor vintage.

Si prefiere el concepto de hotel boutique, la cadena SH le ofrece uno de los de mayor tradición de la ciudad, el hotel Inglés (www.inglesboutique.com), situado en una antigua residencia señorial frente al palacio del marqués de Dos Aguas 8, que alberga la mayor colección nacional de cerámica. La reforma del edificio que fuera la sede del primer gobierno de la República corrió a cargo del interiorista valenciano Vicente Navarro (www.vicentenavarro.es), cuya tienda de muebles de diseño, iluminación, textiles y objetos de decoración fue pionera hace tres décadas en introducir las principales firmas italianas. Junto al hotel, el estudio y tienda de Martínez Medina, Mobisa 9 (www.mobisa.es; Marqués de Dos Aguas, 4), es una parada ideal para adquirir una pieza de decoración de diseño.

Como las compras y las visitas agotan, nada mejor que tomar un vino. En la centenaria Bodegas Baviera 10 (Corretgeria, 40) se puede encontrar desde un vermut a granel a las exquisiteces más caras y reservadas en toda clase de vinos, licores y destilados, con una ambientación de música clásica. La otra opción es cruzar a la calle de Serranos, entre las torres y el Palau de la Generalitat y entrar en Envinarte 11 (www.envinarte.es; Serranos, 6 y 8). Un establecimiento de modernas estanterías diseñadas para toda clase de vinos, cavas y delicatessen, dirigido por la conocida sumiller Teresa Almeida, colaboradora de la Guía Campsa.

Cumplida la ronda de vinos, las opciones para comer son múltiples, como los recovecos y callejones de estilo judeo-morisco que conforman el casco histórico. Burdeos In Love 12 (www.burdeosinlove.com), en la esquina de la plaza de la Reina, es la opción más colorida. Un nombre sofisticado para un restaurante decorado en sintonía con su filosofía: el rojo burdeos del local diseñado por Janfri Design, cuyo estudio fue responsable del interiorismo de las áreas de descanso, reunión y zonas de ocio del Open Tenis Valencia.

El minimalismo, como dice el arquitecto John Pawson, no es la cultura de la abnegación o la ausencia. Puede ser también la combinación de un espacio singular donde la memoria histórica de una antigua muralla árabe se funde con las líneas más vanguardistas del interiorista catalán Francesc Rifé, creando un marco tan creativo como la cocina del chef Ricard Camarena en Arrop 13 (Almirante, 14; www.arrop.com).

Nada mejor para pasar las horas después de una jornada de lúdico trasiego que los cafés. Y ahí está el Café de les Hores 14 (calle de Conde de Almodóvar, 1), de una exquisita decoración decadente a lo Visconti. O, por qué no, a la sombra de los árboles de una antigua farmacia decimonónica de la esquina de la calle de Cavallers convertida en el Café Sant Jaume 15, que da lugar a la portada de esta guía gracias a la ilustradora Mélanie Pennec y la diseñadora gráfica de la colección Marisa Gallén. Si prefiere un ambiente cinéfilo pase directamente al local de al lado, el Café Infantas, y entre en el mundo de las estrellas del celuloide en una barra alumbrada por un gran retrato de Marilyn Monroe.

Segunda parada: Ensanche y Ruzafa

Nada más sugerente que el hotel Hospes Palau de la Mar (www.hospes.com/palaudelamar), si prefiere alojarse en el señorial distrito del Ensanche, nacido de una burguesía amante del art déco y mezclado en las últimas décadas con edificios modernos. Se trata de un hotel de lujo con encanto, de 5 estrellas, diseñado por las interioristas catalanas Sandra Tarruella e Isabel López, creadoras también de la vanguardista sede de la Fundación Pasqual Maragall.

Desayunar o almorzar en cualquier cafetería del Mercado de Colón 16 (www.mercadocolon.es), construido en el siglo XX y remodelado entre 1997 y 2003 por Horacio Luis López Silgo, es una opción elegante. Si prefiere un toque artesanal, entre en la cafetería Belgravia 17 (Sorní, 15; www.facebook.com/BelgraviaValencia), donde el sabor de las cosas bien hechas, sin descuidar el valor ecológico de la interiorista Verónica Montijano, permite tomar fuerzas antes de una mañana de compras.

Azul. La casa contemporánea 18 (Pintor Sorrolla, 11; www.azul.com.es), es la opción para disfrutar de la nueva colección de mobiliario para exterior diseñado por Michèle De Lucchi para la firma Alias. Muy cerca, el textil y el mobiliario de diseño de Gandía Blasco 19 (Cirilo Amorós, 86; www.gandiablasco.com), del arquitecto Ramón Esteve, ofrecen una parada relajante, con sabor a mar y playa. Pero si quiere llevárselo puesto (desde un juego infantil a unos pendientes, lámparas, adornos...) no deje de entrar en la Cosín Cosín 20 (www.cosinestudio.com; Pizarro, 29), del diseñador valenciano Pepe Cosín, otro pionero desde hace más de dos décadas en traer el diseño más exclusivo de Italia y apostar por los jóvenes creadores del momento. En la misma zona, el Espacio Guixeres 21 (Cirilo Amorós, 24b; www.guixeres.com), que fue escogido por el museo Baccarat de París para presentar en Valencia las piezas de la colección de cristal, es un sitio ineludible para adquirir un recuerdo.

Llegada la hora de volar hacia la moda española Linda Vuela a Río 22 (www.lindavuelaario.com; Marqués del Turia, 31) da a elegir entre marcas nacionales como David Delfín, Sybila o Alianto, o firmas de culto como Anne Valérie Hash, los pantalones de Víctor & Rolf o el sastre de Vivienne Westwood, en la tienda para mujer diseñada por el interiorista Alfredo Cot. Sin olvidarnos de la moda atrevida para niños con vocación de rockeros o futuros ecologistas de Nanufacture 23 (Burriana, 7; www.nanufacture.com). Qué mejor que un chupete negro con el símbolo de la calavera pirata o una chaqueta negra de cuero para alejarlos del estilo flower o la moda Barbie. También biberones, mantas o portabebés dicen adiós al rosa y al azul.

Hay que comer. El calor aprieta. Y en Mercatbar 24 (Joaquín Costa, 27; www.mercatbar.es), diseñado por Guixeres, a medio camino entre un bar y un restaurante, de la mano del chef Quique Dacosta es una parada imprescindible, tanto para tomar un gin-tonic y picar tapas clásicas en la escenografía de un mercado o comer. Si opta por sentarse y dejarse llevar por el interiorismo del mítico Andrés Alfaro Hofmann entre en el Riff 25 (Conde Altea, 18; www.restaurante-riff.com), donde el maestro, patrón y chef Bernd Knöller le mostrará cómo se le puede dar la vuelta al concepto de cocina mediterránea. Para cenar y continuar la vela tomando copas y escuchando música nada como la decoración teatral y barroca, con un toque ecléctico, de InBocca 26 (Conde Altea, 22; www.inbocca.es), diseñado por el estudio CuldeSac, responsable de cambiarle la cara y la imagen a la Feria Hábitat desde hace dos años.

El Ensanche se funde hacia el barrio de Ruzafa, que en la actualidad se consolida como uno de los lugares de la Valencia multirracial, joven y de artistas. Así que un cambio de estilo de la mano del peluquero Joan Santamaría 27 (Literat Azorín, 17; www.joansantamariaperruquer.com) será lo mejor antes de continuar. Este espacio-galería es para los que buscan algo más que un corte de pelo. Y ya puestos, por qué no darse el gustazo de cambiar de camiseta, objetos, sombreros, gafas y complementos y entrar en el colorido mundo pop cargado de ironía de Caroline Curiosity Shop 28 (Cádiz, 25; www.caroline.com.es). Con el cambio de look está usted dispuesto para el interiorismo en blanco del restaurante italiano Il Ritrovo 29 (Sueca, 46). Un verdadero made in Italy al dente.

No podía faltar la cultura. La gran literatura, la música alternativa y el homenaje a los best-sellers de Frank Slaughter en la antigua carnicería de Ruzafa convertida en el espacio paralelo Slaughterhouse 30 (Denia, 22; www.slaughterhouse.es). Muy cerca, Ubik Café 31 (Literato Azorín, 13) ofrece un amplio "menú cultural" de Tapas & Books, con talleres para niños incluidos.

Tercera parada: Malvarrosa

Valencia es al marítimo distrito de la Malvarrosa lo que la Torre Eiffel a París. Un emblema. Una forma de vivir de cara al mar. Un sinfín de olores y sabores. Y un color: el azul malva. Situado en el popular paseo marítimo de la playa de las Arenas y a partir de la remodelación de un antiguo chiringuito, Andrés Alfaro exhibe un ejemplar trabajo de arquitectura interior en el Hotel Neptuno (www.hotelneptunovalencia.com), con su magnífico solarium en la terraza, que ofrece al cliente una sensación de confort ambiental dentro del diseño más contemporáneo.

Desde allí, puede elegir entre un clásico como es el restaurante Ca'Sento 32 (Méndez Núñez, 17; www.casento.net), del interiorista Julio Guixeres, con una carta que se ha hecho ya con tres soles en la Guía Campsa gracias a su propietario y cocinero Raúl Aleixandre, premio nacional de Gastronomía. Antes hay que haber pasado, con devoción, para abrir apetito por Casa Montaña 33 (Escalante, 94; www.emilianobodega.com). Un espacio ligado a este barrio desde hace más de un siglo.

Por la noche, si la mañana ha sido devorada, 39º27 Norte 34 (Edificio Varadero) es una terraza voladora sobre el puerto, diseñada por Ramón Bandrés y Janfri Design, que mira a la playa de la Malvarrosa. Elegir entre un buen cóctel o un Vega Sicilia ayudará a decantarse entre los innovadores arroces o las frugales entradas.

Para despedirse de la Valencia vanguardista nada mejor que deshacerse de los prejuicios y adentrarse en el macrocomplejo de la Ciutat de les Arts i les Ciències 35 (www.cac.es), proyectado por Santiago Calatrava, que ha crecido como un mundo aparte en el último tramo del cauce del Turia, hacia la salida de Valencia a la playa del Saler. En el restaurante Submarino, dentro del Oceanogràfic, podrá sentirse como un pez en un acuario, en un espacio diseñado por el interiorista Achim Sheaffer. Aunque, si le resulta claustrofóbico y prefiere ver el skyline valenciano, muy cerca de allí el restaurante Vertical 36 (Luis García Berlanga, 19; www.restaurantevertical.com), distinguido con una estrella Michelin en 2009, le ofrece alta cocina en las alturas. Desde la novena planta del Edificio Aqua que ocupa el hotel Confortel (www.confortelhoteles.com/es./hotel-aqua4-valencia), podrá admirar una de las vistas panorámicas más espectaculares de la ciudad: de día o de noche.

Y como "no hay nada mejor para pasar las noches sin algas que abrirse a la memoria", decía el poeta Salinas, cuando no queden más estampas en el viejo álbum, siempre habrá "puentes, puentes como liebres". Y en Valencia hay 20 puentes sobre el cauce del viejo Turia, si usted está dispuesto a cruzarlos.