Del Valle afirma sobre sus actos pedófilos: "No pensaba en la edad"
Los forenses aseguran que el pederasta no tiene alterada la inteligencia
La psicóloga que evaluó a Santiago del Valle en la cárcel de Albolote (Granada) reveló ayer, en la penúltima sesión del juicio por el asesinato de la menor onubense Mari Luz Cortés, ocurrido a principios de 2008, que el pederasta, principal acusado de la muerte de la pequeña, dijo haber sufrido agresiones sexuales por parte de un hermano mayor y que él mismo abusó de sus hermanas menores, entre ellas Rosa, también acusada por este crimen.
Según la especialista, el pederasta, que cuenta con varias condenas por abusos a menores, alardeaba "con hilaridad y sarcasmo" de una relación con una joven de 14 años. Al preguntarle que cómo podía hacer eso, si él tenía 42, Del Valle respondió entre risas: "Pues no pensando la edad". Este perfil de pedofilia, sin embargo, no significa, a juicio de la psicóloga y los forenses que comparecieron ayer y el martes en la Audiencia de Huelva, que el acusado no sea consciente de sus actos ya que, como indicaron ayer ante el tribunal dos forenses de Granada (a cargo de la entrevista para emitir un juicio de imputabilidad), Santiago del Valle sabe bien lo que hace. "Santiago padece desviación en el objeto sexual, pero puede controlar esos impulsos. Sólo lo hace
[el acercamiento a las menores] cuando sabe que no va a tener consecuencias". Los dos facultativos se mostraron rotundos: "No tiene alteración suficiente en sus capacidades volitivas ni cognitivas. Es capaz de comprender la realidad que le rodea y no tiene afectada su inteligencia". La enfermedad mental que padece, añadieron, es claramente pedofilia, "una alteración del objeto sexual" que, sin embargo, "no es suficiente para alterar su capacidad de conocimiento del entorno" y la repercusión de sus acciones. Sobre la supuesta esquizofrenia paranoide, por la que cobra una pensión de la Junta, ninguno de los forenses contaba con el informe clínico que lo acredite aunque, según uno de ellos, vio una referencia a esta enfermedad en un informe redactado por otro caso de abusos en Sevilla.
Por su parte, uno de los forenses del Instituto de Medicina Legal de Sevilla, que realizó un examen el 8 diciembre de 2008 a Isabel García, esposa de Santiago y libre de cargos, se declaró "sorprendido" por su "desapego emocional ante los hechos ocurridos en Huelva". "Si alguien muere porque se te cae de las manos, por ejemplo, tendrían que rebajar las penas", afirmó, de repente, la esposa del acusado, como queriendo justificar un accidente mortal. La mujer, de acuerdo con los doctores, mostró "auténtica pasión por su marido", cierto estado de celos, y llevó a la entrevista una pulsera con el nombre de Santiago grabado. "Ella sí tiene un poco alteradas sus capacidades, sobre todo, por el miedo a que su marido la deje", afirmaron los médicos. El relato de Isabel sobre la posible culpabilidad de Rosa del Valle, que, según la esposa del pederasta le confesó el crimen, pareció "aprendido, artificial". A la pregunta de si Isabel haría cualquier cosa para ayudar a su marido, el forense contestó que sí.
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