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Reportaje:

Australia aguanta

La economía seguirá creciendo a buen ritmo pese a los destrozos causados por las recientes catástrofes naturales

Las inundaciones que han arrasado Australia desde el mes de noviembre, seguidas de la llegada del ciclón Yasi, provocarán con casi toda seguridad un retroceso en la economía durante este primer trimestre. Sería la primera contracción parcial desde diciembre de 2008, un dato significativo para uno de los pocos países desarrollados que ha salido indemne de la crisis económica. Las previsiones oficiales prevén que el coste final de los desastres naturales restará medio punto al crecimiento del PIB este año, cifrado por la OCDE en el 3,6%.

Las mismas previsiones oficiales indican que los casi tres meses de inundaciones en regiones clave para el carbón y para la industria agrícola podrían haber generado pérdidas cercanas a los 8.000 millones de euros, incluyendo el efecto en las exportaciones, en la producción de alimentos y el coste de la reconstrucción de las zonas afectadas. No obstante, no todo son malas noticias, ya que los expertos vaticinan una importante recuperación para la segunda parte del año, precisamente gracias al efecto que la reconstrucción tendrá en el empleo y en el gasto público.

La reconstrucción tendrá efectos positivos en el empleo

Para costear parte de esta recuperación, el Ejecutivo de Julia Gillard ha planteado la instauración de un nuevo impuesto que aumentará en medio punto la carga tributaria de los australianos. El objetivo es recaudar unos 1.300 millones de euros, que se sumarán a otros 4.000 millones que saldrán del recorte de costes en todos los organismos del Estado. Los datos oficiales también indican que el paro podría caer desde el 5% hasta el 4,5%, una situación de pleno empleo técnico que además garantizaría una rápida recuperación del consumo interno.

La agencia de medición de riesgo Moody's ha confirmado que sus previsiones de crecimiento del 3,4% para este año se mantienen a pesar de los desastres naturales, precisamente por las mejoras en las condiciones climatológicas a partir de junio y por la reactivación del aparato productivo y de las obras públicas de la reconstrucción. Hace una semana era el propio banco central (Reserve Bank of Australia) el que se sumaba a estos buenos augurios, elevando sus previsiones del 3,75% -realizada en noviembre y antes del comienzo de las inundaciones- hasta el 4,25%.

Con todo, hay otros analistas que advierten de la debilidad de la economía australiana antes de las catástrofes. El último dato de PIB trimestral conocido corresponde a septiembre del año pasado, con un alza del 0,2%, el dato más bajo desde el peor momento de la crisis, a mediados de 2008. Los analistas, que explicaron esta caída por la debilidad de la industria del carbón y la poca competitividad del dólar australiano, se preguntan cuál será el futuro de la economía una vez acotado el efecto de la reconstrucción.

Con todo, la principal interrogante que se cierne en estos momentos es el movimiento de los tipos de interés. El instituto emisor ha mantenido en el 4,75% el precio del dinero por segunda reunión consecutiva, a pesar de las presiones inflacionistas que probablemente aumenten a partir del próximo trimestre por el alza de los precios en los alimentos. La última estimación oficial elevó las previsiones de inflación hasta el 3% desde el 2,75%, una cifra que está en la línea de lo previsto por la OCDE.

Dos operarios reparan líneas telefónicas dañadas por las inundaciones en Brisbane.
Dos operarios reparan líneas telefónicas dañadas por las inundaciones en Brisbane.REUTERS

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