El G-20 reprocha a España el retraso en abordar la "debilidad estructural" de las cajas

Las cajas de ahorros ocupan un capítulo importante en el informe hecho público ayer por el Consejo de Estabilidad Financiera (según FSB, en sus siglas en inglés) -el organismo del G-20 encargado de supervisar la reforma financiera- sobre la situación del sector en España. El órgano reprocha a las autoridades españolas "el retraso" con el que se ha abordado el problema de la "debilidad estructural" de las cajas de ahorros españolas, una demora que ha hecho necesarias más acciones. En este contexto, considera que los niveles de capital exigidos y los requisitos de provisiones para hacer frente a las pérdidas derivadas de su exposición al sector inmobiliario fueron insuficientes. "Una lección clave de la experiencia española es la importancia de responder inmediatamente a las recomendaciones" del Programa de Evaluación del Sistema Financiero (FSAP), dependiente del Fondo Monetario Internacional (FMI).

El informe reclama más esfuerzos de regulación en el sector financiero

Aunque elogia las medidas adoptadas por las autoridades españolas y el ejercicio de transparencia sobre su sector financiero, este organismo creado por el G-20 sigue poniendo deberes a España y pide "esfuerzos adicionales de regulación".

Por ejemplo, pide más control en las participaciones industriales del sector financiero. El informe apunta que el nivel de inversiones no financieras sigue siendo superior a otros países y, aunque reconoce que ya hay algunas actuaciones al respecto, propone medidas como la de limitar que las instituciones financieras tengan una posición de control y otras que eviten los conflictos de intereses. Por ejemplo, cuestiona que un mismo consejero esté presente en el consejo de una entidad financiera y su compañía participada y rechaza que esta persona pueda participar en la toma de decisiones de la institución financiera con relación a dicha compañía.

Por otra parte, el G-20 también plantea la necesidad de un mayor fortalecimiento de la autonomía de los reguladores financieros y que delegue en ellos la autoridad para emitir normas y sanciones para cuando no se respeten. Asimismo, propone la creación de un mecanismo de coordinación entre el Banco de España y la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).

El Consejo también advierte de que, vista la experiencia, las cajas deberían seguir políticas de riesgos "muy conservadoras" cuando no tienen acceso a fuentes externas de financiación.Otras recomendaciones se quedan algo atrasadas, dado el punto en que se encuentra el proceso de transformación del sector en España, como las que piden que las cajas se alíen con libertad con otras de distintas comunidades autónomas o que refuercen su capital de máxima calidad con fórmulas como la emisión de cuotas participativas.