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Columna
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La lonja

David Trueba

La puja por el fútbol televisado es la lonja del pescado en versión siglo XXI. Los tiempos cambian, pero el pescado es caro. Digital + se ha adjudicado los derechos de retransmisión en pago de un partido semanal de la Champions, que es el nombre hortera de la tradicional Copa de Europa. Los perdió en el trienio pasado a manos de GolTV, pero los recuperará entre 2012 y 2015. No se han hecho públicas las cantidades, pero en su momento sabremos a cuánto sale el minuto de partido y se harán una idea aproximada de lo que dilapida un jugador cuando finge una falta grave o lo que se pierde cada vez que un portero tarda en sacar de fondo.

Si las cadenas pagaran esos millones por retransmitir pimpón, todos sabríamos quién es Wang Hao. La consecuencia del desembolso por el fútbol es la importancia desmesurada que recibe por parte de los medios. Los derechos para abierto se resolverán entre Antena 3, Tele 5 y el consorcio de teles públicas. Las privadas denuncian que en tiempos de crisis el dinero público no debería destinarse a comprar derechos de partidos. Es un debate que los españoles siguen con indiferencia. Si la televisión pública existe no puede dejar de comportarse como un empresa competitiva y razonablemente bien gestionada. Si compite por el fútbol lo hace por una cuenta de resultados que compense su programación en terrenos minoritarios. En un mundo ideal, tendría que producir asco que el dinero público fomente la burbuja del fútbol. Solo Madrid y Barça reciben cada uno casi 160 millones de euros en derechos televisivos. Pero tampoco es encomiable que otros paguen a Julián Muñoz y similares. Un país sin iniciativa privada en arte, cultura, investigación y deportes menos populares, necesita una televisión pública fuerte. Pero como es un debate fundamental, todos en silencio. Mejor decir tocinadas sobre la ley antitabaco.

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