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Una pintada fascista lleva 10 días sobre una placa a represaliados

En algún momento durante la madrugada del lunes 24 de enero, alguien estampó su firma sobre la placa que recuerda a las personas fusiladas por el franquismo contra el paredón de las tapias del cementerio vigués de Lavadores. Desde entonces, una pintada en color rojo con el yugo y las flechas, emblema de la simbología falangista, cubre la inscripción en recuerdo de 21 personas asesinadas en el lugar entre el 14 septiembre de 1937 y el 8 de abril de 1942: 19 hombres, dos mujeres y los cinco miembros de una misma familia. Hoy hace una semana que la Asociación Viguesa pola Memoria do 36, promotora del monumento de recuerdo instalado en octubre de 2008, denunció el ultraje y solicitó la limpieza de la placa en el registro oficial del Ayuntamiento de Vigo. Sin embargo, la pintada todavía se podía ver ayer sobre la placa.

El Ayuntamiento de Vigo asegura que comenzará hoy a limpiar la placa

Fuentes del Ayuntamiento reconocen que el protocolo de actuación marcado para estos casos indica que se debe actuar en un plazo de 24 horas, por lo que la pintada se limpiará "a lo largo de la mañana" de hoy. Las mismas fuentes comprobaron también que la denuncia que realizó la asociación no había seguido su curso porque quizá "se haya traspapelado", justificaron.

No hay pistas sobre el autor o autores del ataque, que posiblemente se ampararon en la nocturnidad, como ocurrió en un acto vandálico anterior con diseño de hoz y martillo, en aquella ocasión. "Sea odio, desprecio o cachondeo está claro que alguien no quiere que reposen tranquilos; pero además tampoco hay demasiado interés por estos temas en el Ayuntamiento", afirma el presidente del colectivo memorialista, Telmo Comesa, que lamenta la actitud del regidor. "Estamos acostumbrados a que este alcalde [el socialista Abel Caballero] ningunee a esta asociación, declarada Viguesa Distinguida por la Corporación Municipal en 2007", indicó.

Según Comesaña, el lugar donde se instaló la placa es utilizado a diario por las familias de los represaliados y es frecuente encontrar flores frescas a sus pies, por lo que varias personas "ya se han ofrecido a limpiar por su cuenta y riesgo". Desde hace varios meses, la asociación mantiene un pulso con el Gobierno local para que se retire de la cruz franquista erigida en el monte de O Castro, todavía sin éxito.

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