La noche en que El Cairo fue libre
Tras años de dictadura, la autoridad se evaporó al caer el sol en la capital egipcia
El humo y el gas lacrimógeno componen una mezcla tóxica. Pero el sábado de madrugada, en El Cairo, esa mezcla venenosa olía a libertad. Libertad en bruto, en dosis tan altas que embriagaban. Tras una jornada de batallas callejeras y de violencia indiscriminada, la policía desapareció. Decenas de miles de personas comprobaron que el toque de queda era una orden vacía y que la autoridad se había evaporado. Cualquiera podía hacer lo que le diera la gana. Saquear el museo egipcio, por ejemplo. Uno de los mayores tesoros del mundo se salvó porque hubo gente que decidió protegerlo de los afanes predatorios de otra gente.
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