Las condiciones del Gobierno abocan a la caja gallega a convertirse en banco
El PP, "indignado" por que el Ejecutivo no haya consultado con la Xunta - Pachi Vázquez exige que Feijóo explique "cómo quedará" Novacaixagalicia
Las noticias sobre las cajas corren tan rápido que las declaraciones caducan en pocas horas. Ayer por la mañana, José García Costas, consejero de Novacaixagalicia (NCG) y una persona muy cercana al presidente de la entidad, Julio Fernández Gayoso, tiró a dar contra el Gobierno, a quien acusó de dar "bandazos" en materia económica y de precipitarse al plantear la conversión en bancos de las cajas de ahorro. Visiblemente enfadado por el giro del Banco de España y por las declaraciones de Zapatero y Rubalcaba -no hace ni un mes que se firmó la fusión, recordó-, tiró de argumentario oficial para mantener que NCG "no tiene previsto" dar entrada al capital privado aunque "no lo descarta", si las condiciones del mercado lo exigen según el marco legal vigente.
Los sindicatos creen que es parte de "una campaña de destrucción"
El PSdeG cree que el nuevo escenario obliga a las cajas a reforzar su capital
Hasta ahí, todo normal. Pero la comparecencia de la ministra de Economía, Elena Salgado, pocas, horas después, puso patas arriba las previsiones. Su demoledor anuncio de que el Gobierno publicará un Real Decreto que endurecerá las condiciones de capital exigidas a las cajas se interpretó inmediatamente desde la plantilla como el acta de defunción de NCG. La sección sindical de UGT, en un comunicado, reprochó que la banca ha conseguido su objetivo: "Ha terminado calando entre la sociedad española la sensación de que las cajas son culpables hasta de la muerte de Manolete". En esa "campaña de destrucción", como la califica UGT, las fuentes consultadas por este periódico creen que la entidad recién nacida en Galicia tendrá muy difícil la supervivencia. Aunque la respuesta oficial es que no hay respuesta: "Tendremos que valorar el Real Decreto cuando se publique. No podemos decir nada más hasta que no se conozca en profundidad. Intentaremos cumplir con los requisitos que se nos exijan como hemos hecho hasta ahora", dijo un portavoz. Internamente afloran los reproches. "Hace un mes y medio, cuando se firmó la fusión, el Banco de España aprobó el calendario de fortalecimiento de los recursos a cinco años para cumplir con las exigencias de Basilea III, las mismas normas que ahora utiliza Salgado para elevar el tono de las reclamaciones. ¿Ahora no vale lo que sí era posible hace 30 días?", se preguntaba un empleado.
El Partido Popular de Galicia rompió su silencio de las últimas semanas para mostrarse "sorprendido", por el anuncio del Gobierno e "indignado", porque, aseguran, el Ejecutivo no ha consultado con ninguna comunidad autónoma gobernada por el PP las medidas. "Una curiosa manera de entender el Estado de las autonomías", ironizó el portavoz económico, Pedro Puy, haciendo referencia a que son las comunidades las encargadas de supervisar las cajas. El cambio en las reglas del juego resulta doblemente sorprendente para las entidades que, como Novacaixagalicia, admiten haber dedicado en los últimos tiempos más recursos a provisiones para contener la morosidad derivada del sector inmobiliario, en línea con las demandas del Banco de España. "Y ahora nos piden que tengamos un core capital [capital de máxima calidad] superior al 8%, cuando los bancos lo han estado alimentando mientras las cajas acumulaban provisiones", reflexionaba una persona próxima a la dirección de NCG. No se conoce cuál es la ratio de core capital de la entidad gallega, pero por separado, el de Caixanova y Caixa Galicia rondaba el 6%. El Gobierno da de plazo hasta septiembre para aumentar ese porcentaje de recursos propios, lo que, según todas las fuentes consultadas, aboca a la entidad a transformarse en un banco para captar capital.
Desde el PSdeG, su secretario general, Pachi Vázquez, concluyó: "Hay un nuevo escenario financiero y los bancos y cajas españolas tendrán que capitalizarse para garantizar que la liquidez llegue a los ciudadanos". Y no dejó pasar la ocasión para forzar un anuncio de la Xunta: "Es urgentísimo que comparezca el presidente Feijóo para explicar ya cómo quedará Galicia en este nuevo escenario".
Pese a las continuas apelaciones a la galleguidad, una condición que fue el germen de la fusión, lo que ayer no se escuchó fue ninguna oposición frontal al anuncio de Salgado.
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