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Crónica:SPORTING 1 ATLÉTICO 0 | FÚTBOL | 20ª jornada de Liga
Crónica
Texto informativo con interpretación

El Atlético se arrastra por El Molinón

Un fallo defensivo condena al equipo de Quique, que solo remató a puerta en el descuento

En el cuarto minuto del descuento, el Atlético estuvo a punto de maquillar otro partido horrible con un empate que no mereció. En realidad, los dos equipos perpetraron un atentado al fútbol, pero, al menos, el Sporting puso más pasión en el trabajo. Quizá por eso Cuéllar respondió al cabezazo de Valera con un paradón que dejó los tres puntos en El Molinón y aflojó casi definitivamente la soga que estuvo a punto de ahogar a Manolo Preciado hace algunas semanas.

El remate de Valera fue el único a puerta del Atlético en todo el partido. Antes de que Barral aprovechase la caraja de la defensa madrileña, el Sporting tampoco había dado motivos para que ojeadores de medio mundo apuntasen las cualidades de De Gea. En definitiva, una ruina de domingo futbolístico que solo le salió a cuenta a la afición gijonesa por el marcador, que suma tres puntos a la apurada contabilidad de los locales. Por nada más.

SPORTING 1 - ATLÉTICO 0

Sporting: Cuéllar; Lora, Iván Hernández, Gregory, Canella; Rivera, Eguren, Nacho Cases; De las Cuevas (Nacho Novo, m. 78), Barral y Diego Castro (Jorge, m. 86; André Castro, m. 90). No utilizados: Juan Pablo; Ayoze, Carmelo y Sangoy.

Atlético: De Gea; Valera, Perea, Ujfalusi, Antonio López (Filipe Luis, m. 84); Juanfran, Raúl García (Koke, m. 77), Assunção, Elías (Fran Mérida, m. 67); Forlán y Diego Costa. No utilizados: Joel; Domínguez, Godín y Borja.

Gol: 1-0. M. 50. Barral aprovecha un fallo de Perea y Raúl García en el área.

Árbitro: Estrada Fernández. Amonestó a Barral, Raúl García, Perea, Eguren y Fran Mérida.

Unos 22.000 espectadores en El Molinón.

Raúl García y Perea chocaron y la pelota llegó a Barral, que aprovechó el regalo
Sin Reyes ni el veneno de Agüero, Diego Costa y Forlán solo pudieron perseguir melonazos

Quique se las ingenió para intentar presentar un once mínimamente competitivo con el resultado frustrante de casi siempre. Si este Atlético tiene limitaciones con la capacidad de desequilibrio de Reyes y el veneno de Agüero, no resulta difícil imaginar en qué se queda sin ellos. Privado también de Tiago, el centro del campo es un agujero negro. Raúl García y Assunção son incapaces de organizar algo, y el recién llegado Elías no es todavía carne ni pescado: ni profundiza por la banda ni se asocia por el interior. Con este panorama, Diego Costa y Forlán se pasaron todo el partido persiguiendo melonazos. Como el Sporting volvió a su rutina de esta temporada, la de un equipo inseguro, sin la chispa de sus mejores momentos, el lance fue insufrible hasta el descanso. De Gea y Cuéllar no tuvieron que hacer ni una sola parada. El encuentro era una castaña, un buen motivo para añorar los trepidantes Sporting-Atlético de otras épocas.

El gol de Barral, con la complicidad de Raúl García y Perea, nada más empezar el segundo tiempo, pudo haber sido una sacudida de la que saliese algo de fútbol. Los dos rojiblancos chocaron y el balón quedó manso para Barral, que agradeció el regalo. Pero todo siguió más o menos igual. El Sporting se preocupó de guardar la ventaja y el Atlético, sencillamente, no tuvo respuesta. Quique empezó a mover el banquillo rojiblanco. Con el mismo resultado nulo. Ni los renombrados Fran Mérida y Filipe ni el meritorio Koke cambiaron las cosas en un equipo con pocas alegrías.

El susto final para el sportinguismo tuvo que ver más con el agarrotamiento propio que con los méritos del Atlético. El Sporting cometió una falta innecesaria en un lateral del área, que se convirtió en un campo de batalla. De la refriega se fue de rositas Valera, que, solo en el punto de penalti, enganchó un cabezazo seco, pero centrado, al que respondió Cuéllar con una parada que se llevó la ovación de la tarde. Una recompensa descomunal para el Sporting de las urgencias. Un castigo adecuado para un Atlético que, tras haber caído ya en dos competiciones, parece empeñado en arrastrarse también por la Liga.

Gregory cabecea el balón ante Valera.
Gregory cabecea el balón ante Valera.EFE

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