Pocos progresos en la reducción de la deuda
Esta semana hemos conocido las cuentas financieras de la economía española y de sus sectores que elabora el Banco de España. Semanas atrás, el INE publicó las cuentas no financieras, con lo que tenemos la radiografía completa de la situación económico-financiera de los hogares, sociedades no financieras, instituciones financieras y sector público hasta el tercer trimestre del pasado año. A efectos de análisis, utilizaremos los datos acumulados en los cuatro últimos trimestres por lo que se refiere a las variables flujo, pues son más consistentes y soslayan el problema de la alta estacionalidad de los mismos.
Comenzando por los hogares, su renta disponible disminuyó un 1,2%, debido a la caída de las remuneraciones salariales y, más aún, de las rentas de la propiedad y de la empresa. Frente a ello, el consumo aumentó un 2,7%, lo que produjo una nueva disminución del ahorro. Este se situó en el 14,5% de la renta disponible, 3,6 puntos porcentuales (pp) por debajo del máximo alcanzado en el último trimestre de 2009. Las familias están perdiendo el miedo a consumir, pero el problema ahora es que su renta no aumenta, así que las posibilidades de que el consumo se constituya como un potente motor del crecimiento son escasas. El ahorro, más las transferencias de capital recibidas netas, fue en todo caso notablemente superior a la inversión en capital fijo (vivienda, fundamentalmente), por lo que los hogares generaron un superávit por operaciones corrientes y de capital por una cifra equivalente al 4,8% del PIB [gráfico superior izquierdo].
Las familias pierden el miedo a gastar: la renta disponible cae el 1,2% y el consumo crece un 2,7%
La deuda bruta de las sociedades no financieras vuelve a crecer hasta el 142,7% del PIB
Aunque la inversión en capital fijo de los hogares continuó descendiendo, no lo hizo su inversión financiera neta, y el montante de ambas superó al del ahorro, por lo que de nuevo volvieron a necesitar financiación (pasivos netos contraídos), aunque de escasa cuantía, un 0,7% del PIB. De ahí que su deuda bruta no va a más, pero tampoco desciende claramente, situándose en torno al 85% del PIB desde mediados de 2009 [gráfico inferior derecho].
La renta de las sociedades no financieras sí que aumenta, y fuertemente, un 35%. A ello contribuye el notable repunte del excedente bruto de explotación y la caída de los intereses pagados netos y de los impuestos sobre su renta. Por su parte, la inversión en capital fijo sigue disminuyendo. Todo ello ha desembocado en una situación que no se veía desde que existen series históricas, un superávit del 0,2% del PIB en sus operaciones corrientes y de capital. Recordemos que en 2007 este saldo fue deficitario por valor del 11% del PIB [gráfico superior derecho]. Pero sus inversiones financieras netas han registrado un fuerte aumento en los últimos trimestres, por lo que vuelven a requerir cuantiosa financiación. Su deuda bruta, tras estabilizarse en torno al 139% del PIB a comienzos de 2009, vuelve a crecer, situándose en el 142,7% en el tercero de 2010. Sin duda son las grandes multinacionales españolas las que están detrás de estos datos.
Por último, la renta disponible del sector público tiende a estabilizarse, tras fuertes caídas desde mediados de 2008, lo que, unido a la fuerte desaceleración del consumo público, está permitiendo que su ahorro mejore, aunque sigue en cifras negativas. Ello y el descenso de la inversión en capital fijo están disminuyendo el déficit público, que en los cuatro últimos trimestres se situó en el 10,2% del PIB, 1,4 pp menos que a comienzos del pasado año.
En el conjunto de la economía, el déficit por operaciones corrientes y de capital ha recobrado su tendencia a la baja interrumpida en el trimestre anterior, situándose en el 4,2% del PIB
[gráfico inferior izquierdo]. A ello hay que sumar 14,1 pp del PIB en concepto de adquisición neta de activos financieros. Sin embargo, estas necesidades de financiación se están cubriendo por instrumentos diferentes de la deuda externa bruta, por lo que esta mantiene una suave tendencia a la baja en los dos últimos trimestres, situándose en el 166,9% del PIB.
En definitiva, los distintos sectores y el conjunto de la economía siguen reduciendo sus déficits por operaciones corrientes, pero la deuda agregada no disminuye debido a la adquisición neta de activos financieros. Esto no cuadra bien con la imagen de una economía asfixiada por la falta de crédito, aunque claro, estamos hablando de medias y del conjunto, porque la varianza por sectores y agentes puede ser enorme.
Ángel Laborda es director de coyuntura de la Fundación de las Cajas de Ahorros (FUNCAS).
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