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La delincuencia en Castellón desciende el 21% en siete años

El número de policías pasó de 221 a 403 entre 2003 y el año pasado

María Fabra

La tasa de criminalidad en la ciudad de Castellón descendió 21 puntos entre 2003 y 2010. En ese periodo de siete años el número de policías se incrementó el 82%, pasando de 221 a 403. "Si hay más policías y más medios, mejoran las tasas de criminalidad" concluyó el vicepresidente primero y ministro de Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, que inauguró ayer la nueva comisaría de la policía nacional en Castellón en un acto en el que se destacó la colaboración institucional, ya que el suelo de estas instalaciones fue cedido por el Ayuntamiento.

Tanto el ministro como el alcalde de la ciudad, Alberto Fabra, subrayaron esta línea de cooperación entre ambas instituciones porque, según el ministro, "dignifica su papel, porque estamos al servicio de los ciudadanos", en respuesta al alcalde, quien minutos antes había dicho que "todos tenemos que arrimar el hombro para servir mejor a los ciudadanos".

Según fuentes del ministerio, "el buen comportamiento general de las cifras de delincuencia también se pone de manifiesto en la Comunidad Valenciana", donde, hasta noviembre de 2010, las infracciones penales se redujeron con respecto a 2009 en 2,9 puntos, "lo que ha permitido situar la tasa de criminalidad en 56,0 infracciones por cada mil habitantes, 11 puntos inferior a la registrada en 2004 (67,0)".

El ministro de Interior dejó en la policía la responsabilidad de velar por los derechos y libertades constitucionales, una de las tareas "más complejas" dentro de las instituciones del Estado. "La libertad y la seguridad dependen de su trabajo", mantuvo, "porque uno no es totalmente libre si no se siente seguro". La nueva comisaría cuenta con una superficie de cerca de 8.000 metros cuadrados en seis niveles que acogen, entre otros, los servicios de DNI, pasaporte y documentación para extranjeros. Las instalaciones han supuesto una inversión de 7,3 millones de euros.

Sin embargo, el sindicato Unión Federal de Policía (UFP) de la Comunidad Valenciana denunció ayer mismo pese a que se han mejorado "notablemente las instalaciones para desarrollar la labor policial" y que muchos de los agentes que trabajarán en esta nueva instalación "se tienen que seguir comprando los guantes anticorte y carecen de un chaleco antibalas individual puesto que la Dirección General de la Policía no se los provee".

Varios miembros de este sindicato manifestaron en la puerta de la nueva comisaría su protesta por "la mala coordinación de los medios" en la provincia y las carencias no solo en las nuevas instalaciones sino en otras como las de Vila-real "con un edificio que no reúne las condiciones que los ciudadanos y policías se merecen".

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