Purgatorio

Poesía. En el Chile más duro y torturado, Raúl Zurita (Santiago de Chile, 1950) escribe desde el sufrimiento para recuperar sueños perdidos. En los tiempos terribles de la dictadura militar, traza las líneas maestras de libros fundamentales de la poesía en español, entre ellos Purgatorio, publicado en 1979. Desde ese primer libro, editado ahora en España, hasta Cuadernos de guerra (Amargord, 2009) han pasado treinta años de fascinante escritura. Roberto Bolaño, en Entre paréntesis, anota con certeza: "Zurita crea una obra magnífica, que descuella entre los de su generación y que marca un punto de no retorno con la poética de las generaciones precedentes". Sus cimientos están en Purgatorio, un libro que, olvidando toda corrección poética, muestra la fisura que expresa la herida, la cicatriz del dolor hecha acto poético: "Mi mejilla es el cielo estrellado y los lupanares de Chile". Una poesía que, más vasta y potente que el daño sufrido, crea el futuro sobre "las llanuras del dolor", un paraíso fruto "del amor que mueve el sol y las otras estrellas". Así el trazado de una obra que, entre la Biblia y La Divina Comedia, proyecta voces, miradas y visiones que suspenden la vida y la muerte. Un tejido de precisión matemática y geométrica, al dictado de proposiciones lógicas que convierten el poema, más allá de su capacidad descriptiva, en imágenes ejemplares del fundamento de lo humano: "La noche es el manicomio de las plantas". Espacio del dolor y lo incierto, la locura da cuerpo a un sujeto en disolución, donde caben fotos y manuscritos, electroencefalogramas e informes médicos, citas, geografías y personajes obsesivos, conformando un libro tan desconcertante e insólito como sorprendentemente poético, inmenso como ese desierto de Atacama donde poema y lector convergen hechizados, como en un espejismo, en busca de su redención. Un trayecto de vida donde "se escucha ahora el balar de nuestras propias almas".