Se escucha mal, pero se oye bien
En el futuro, todos los discos sonarán como el culo. A los que entendemos, disfrutamos y hasta compramos los discos de No Age, Wavves o Best Coast (en la foto), esto nos parece genial. Pensamos que el lo-fi (o baja fidelidad) era una tendencia, pero es puro determinismo. Los discos los producirá mucha gente en habitaciones. Los estudios de grabación en Bahamas serán restaurantes, y los arreglos de cuerda, aplicaciones de iPhone. Como estamos en fase embrionaria, esta baja fidelidad aún posee características comunes (c86, surfpop, Phil Spector), pero pronto hasta Alejandro Sanz o Shakira quizá suenen así, y no porque Sanz vaya a descubrir a Jesus and Mary Chain, sino porque tendrá que vender la casa-estudio de Miami para pagar el finiquito de los mayordomos y grabar sus canciones en un minipiso. Los internautas libertarios insisten en que es la industria la que debe adaptarse. Sugerimos que empiecen a adaptar ellos sus gustos. Pueden empezar borrando de su disco duro el largo de Carlos Baute y descargándose los de Tarántula.
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