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Dimite un edil de Vilagarcía tras el derribo de unos bancos

Un año después de la difusión del proyecto, la rebelión vecinal desatada en las dos últimas semanas contra el derribo de unos bancos azulejados casi centenarios, provocó ayer la dimisión del portavoz de Urbanismo en el ayuntamiento de Vilagarcía, Marcelino Abuín.

Aunque el concejal dimisionario y la alcaldesa, Dolores García, esperaban superar la tormenta y siguieron adelante con la medida, el posicionamiento del PSOE local en contra del derribo precipitó los acontecimientos, hasta el punto de que, al mismo tiempo que se anunciaba la despedida de Abuín, también sonaba ayer una posible dimisión de la propia regidora.

En un pleno que se celebró anoche y que se esperaba controvertido por la soledad en la que se quedó políticamente el concejal socialista, el equipo de gobierno (PSOE y BNG) tenía previsto aprobar la reposición de los bancos azulejados que decoraban los Jardines de Ravella, situados frente al consistorio de Vilagarcía. Sin embargo, Abuín no se presentó en el Ayuntamiento la noche de ayer.La medida se produce por la presión de una comisión vecinal creada hace unos días con el único propósito de que el ayuntamiento diera marcha atrás y dejase los jardines en su estado primitivo. Los vecinos entregaron personalmente a la alcaldesa y al edil en cuestión, un escrito con sus demandas, y aunque no hubo ningún compromiso por parte de ambos, la decisión se producía en la sede de los socialistas vilagarcianos que decidieron apoyar a la comisión vecinal.

El máximo responsable del PSOE en la provincia, Modesto Pose, tachó ayer de valiente la decisión de Abuín y su labor en el ayuntamiento, aunque reconoció que sus proyectos "son a veces impopulares". La propia secretaria de la ejecutiva socialista, Tania García, también alabó la trayectoria del concejal y se refirió a su cese voluntario como una muestra de "coherencia política".

Tanto la alcaldesa como el cuestionado concejal habían anunciado recientemente que no repetirían como candidatos en las listas del Psoe en las próximas elecciones municipales. La polémica de los bancos se suma a otra cuestión de mayor gravedad, si cabe, y que afecta de lleno a las arcas municipales. El pasado martes se ha sabido que el ayuntamiento tendrá que devolver 2,5 millones de euros al Ministerio de Industria por una obra que no se ejecutó pero a cambio se trató, sin éxito, de reorientar esos fondos para la construcción de un parking. La cantidad pone al concello en la bancarrota.

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