Lo mejor de 2010

El año 2010 se recordará como el de la doble paradoja: nunca los teatros estuvieron tan llenos y nunca las compañías tuvieron tantas dificultades para cobrar por su trabajo. Dicho de otra manera, fue el año en que los cómicos se encontraron subvencionando a los políticos a través de la deuda ingente, escandalosa, de los ayuntamientos "periféricos", léase Red de Teatros públicos. Hemos empezado con una mala noticia, a modo de reivindicación y recordatorio; demos paso ahora a las buenas nuevas del año que se va. 2010 ha sido el año de dos merecidísimos Premios Nacionales para dos grandes e incombustibles artistas: una loba solitaria, Lluïsa Cunillé, y esa feliz camada de lobazos sureños (cuanto más viejos, más sabios) que atiende por La Zaranda. De la primera hemos aplaudido El alma se serena (sí, el mismo título de Alonso Millán), una sátira surreal (¿o no?) sobre la Valencia más cenagosa, escrita mano a mano con Paco Zarzoso (Cuarta Pared/Beckett) bajo el influjo de Tono y Mihura; los segundos han estado por partida doble en las carteleras con Futuros difuntos (Español/Lliure) y la recientísima Nadie lo quiere creer, estrenada en Temporada Alta. También ha sido el año de la megarreconsagración de dos monstruos: Nuria Espert con ese triple (o cuádruple) salto mortal que es La violación de Lucrecia (Español) y José María Pou, que también ha hecho un triple de altura, como actor y/o director, con Los chicos de historia (Canal), Su seguro servidor Orson Welles (Bellas Artes) y La vida por delante (La Latina). En ese mismo negociado, Flotats da vuelta al ruedo con su trabajo en Beaumarchais (Español), aunque la función no acaba de estar a la altura.

En 2010 despegó Miguel del Arco y su espléndida compañía con La función por hacer (el éxito sorpresa de la temporada, primero en el Lara, luego por toda España, con compartida autoría y producción de Aitor Tejada), El proyecto Youkali en el Matadero (id.) y, cómo no, La violación de Lucrecia. Más confirmaciones: Alfredo Sanzol, otro de los mejores autores/directores de la nueva hornada, triunfó con Delicadas (con las T de Teatre, primero en el Poliorama y pronto en el Español) y, al frente de su soberbia banda, con Días estupendos, exitazo en el Valle-Inclán. En el negociado de emergentes, compartiendo el podio con Sanzol, la mejor nueva obra en catalán del año ha sido, a mi juicio, la irregular pero hiperambiciosa Marburg de Guillem Clúa, presentada en el TNC el pasado junio, y que debería verse imperativamente en los Nacionales madrileños. En 2010 disfrutamos de dos estupendos montajes de Eduardo De Filippo: El arte de la comedia, de Carlos Alfaro, en la Abadía, con un superlativo Pedro Casablanc, y Natale in Casa Cupiello (Biblioteca de Cataluña), de Oriol Broggi, que no estuvo tan afortunado con su Questi Fantasmi en el María Guerrero. Del teatro musical me quedo con la efervescente y descarada Avenue Q (Nuevo Apolo), con un más que notable trabajo del grupo Yllana, y el soberbio montaje de Los miserables (Lope de Vega; gran puesta, grandes cantantes masculinos), aunque, ay, la partitura de los señores Boublil & Schönberg me sigue provocando una cierta urticaria (me explayaré al respecto la semana próxima). El teatro foráneo nos ha traído altísimos espectáculos. Me quedo con cuatro. En orden de aparición: 1) la Trilogia della Villeggiatura de Toni Servillo (Temporada Alta/Canal); 2) el As You Like It de The Bridge Project (enormes Juliet Rylance y Stephen Dillane), a las órdenes de Sam Mendes (Español); 3) Eurydice, de Sarah Ruhl, a cargo de Bijan Sheibani/ATC (Lliure/Grec); y 4) Persona: Marilyn, escrita, dirigida y transustanciada por Krystian Lupa (Temporada Alta), con una legendaria Sandra Korzeniak.

Veamos ahora las gemas del equipo local (aparte, por supuesto, de los ya citados y encomiados), en una obligada selección de mi atiborrado cuaderno de notas. Igualmente por orden cronológico: 1) Jacobo Dicenta por la Angelina de Jardiel (Pérez de la Fuente/Canal); 2) Ivan Benet, Marc Rodríguez, Pol López por American Buffalo, de Mamet (Manrique/Lliure); 3) Francesc Orella y Mónica López por Escenas de un matrimonio (Marta Angelat/TNC-Matadero); 4) Clara Segura por Electra (Broggi/TNC); 5) Susi Sánchez por Fin de partida (Lupa/Abadía); 6) Carme Conesa y Malena Alterio por Madre Coraje (Vera/Valle-Inclán); 7) El equipo, al completo, de Noche de reyes (Mestres/TNC), encabezado por Silvia Bel y Anna Ycobalzeta; 8) El equipo del Proyecto T6 del TNC; 9) Rosa Novell y Cristina Plazas por La mujer justa (Bernués/Borrás); 10) Biel Durán, Alba Sanmartí, María Rodríguez, Manel Sans y Tilda Espluga por La gaviota (Selvas/Villarroel); 11) Angels Bassas y Mingo Ràfols por Dúo para una sola voz (Magda Puyo/Romea); 12) Carmen Machi por Almuerzo en casa de los Wittgenstein (Mestres/Romea); 13) Ana María Barbany por Toc Toc (Esteve Ferrer/Príncipe Gran Vía); 14) Pere Arquillué por Primer amor (Ollé-Gorriz/Villarroel) y Vida privada (Albertí/Lliure); 15) Paco León por Lysistrata (Savary/Mérida); 16) Carlos Hipólito y Manuela Velasco por Todos eran mis hijos (Tolcachir/Español); 17) Carles Martínez y Ana Barrachina por Por delante y por detrás (Herold/Borrás); 18) Andreu Benito y Joan Carreras por Gata sobre tejado de zinc (Rigola/Lliure); 19) Frances Albiol por Me lo veo venir (Castells/Lara); 20) Darío Grandinetti, Jorge Marrale, Juan Leyrado y Vando Villamil por Baraka (Daulte/Goya); 21) Mon Plans e Imma Colomer por Vida privada (Albertí/Lliure); 22) David Selvas, Cristina Genebat, Ferrán Rañé y Oriol Vila por El jardín de los cerezos (Manrique/Romea), aunque el guiso no cuajó; 23) el equipo de La Puerta Estrecha por la formidable atmósfera de Este sol de la infancia de Eusebio Calonge; 24) Joel Joan por Lluvia constante (Pau Miró/Villarroel), y 25) Anna Lizaran y Emma Vilarasau por Agosto (Belbel/TNC). ¡Feliz 2011, y que no decaiga la afición!