Javier Sáenz de Pipaón, excelente jurista y profesor

Javier Sáenz de Pipaón fue un excelente jurista que supo conciliar de manera modélica su condición de profesor universitario con el ejercicio de la abogacía. Poseía una amplia formación, que se reflejaba en esa doble vertiente, fruto de su paso por Inglaterra (Cambridge), Francia (París), Alemania (Burckardt) y Estados Unidos (Dickinson). Como profesor ejerció la docencia del Derecho Penal en la Universidad Complutense desde el año 1964, que compatibilizó con la enseñanza de la misma disciplina en el Centro San Pablo CEU, así como, desde el año 2005, en el Colegio Universitario de Estudios Financieros (Cunef). Fue también profesor de fenomenología criminal en el Instituto de Criminología de la Universidad Complutense. Como investigador nos deja una extensa lista de publicaciones, dentro y fuera de su especialidad, entre las que destacan su primer libro sobre El delito de Genocidio, aparecido en 1973, cuyas reflexiones conservan todo su interés y, el último, en colaboración con su hijo Javier, sobre La ciudad, objeto de protección penal, aparecido en 2009, que a petición de los autores tuve el honor de prologar. Un libro en el que los problemas que suscita el llamado delito urbanístico se afrontan desde las perspectivas político-criminal, dogmática y jurisprudencial, admirablemente equilibradas en todo momento. Un libro magistral, por su rigor y por la originalidad de sus planteamientos y su desarrollo.

Como abogado ejerció desde el año 1969 en los ilustres colegios de Madrid, Guipúzcoa, Vizcaya, Barcelona y otros, compartiendo las tareas profesionales con Juan del Rosal, a cuyo fallecimiento le sucedió en su estudio jurídico, convirtiéndose en uno de los más reputados abogados penalistas de España.

Releí estos días el bello prólogo que el profesor Juan del Rosal, nuestro común maestro, puso a El delito de Genocidio, en el que aconseja al autor: "Solo me resta desearle un largo y fecundo viaje universitario para bien de nuestra quebrantada Universidad y para su gozo y contento personal, y que no olvide la sugerencia que le hace un antiguo, pero siempre joven universitario espiritual, que cultive sin desmayo, con tenacidad y perseverancia, el estudio y la meditación". Javier Sáenz de Pipaón fue fiel a lo largo de su vida a esta sugerencia de su maestro y así lo podemos atestiguar todos los que hemos sido sus compañeros y amigos. Le echaremos mucho de menos.

Gonzalo Rodríguez Mourullo es catedrático de Derecho Penal de la Universidad Autónoma de Madrid y abogado.