_
_
_
_

La generosidad de barra de bar del falso sindicalista

El único encarcelado por los cursos fraudulentos alardeaba de su riqueza

"Esta la pago yo". Y, a continuación, de su bolsillo salía un portentoso fajo de billetes. En las barras de los bares más cercanos a la sede del Sindicato Independiente de Trabajadores (SIT) de Cádiz recuerdan así al cabecilla del mismo, Eladio Gracia. "Te pago este jamón y me los vas sirviendo cada vez que venga". Sí, era generoso. Las rondas solían correr de su cuenta aunque ahora la Guardia Civil sospecha de la procedencia ilícita de tanto dinero. Gracia está en la cárcel y esos bares se han quedado sin su dispendio. Está acusado de haber estafado y falseado documentos públicos mediante la expedición de decenas de miles de certificados fraudulentos de formación. Ahora, cuando ya todo se sabe, sus compañeros de copas y de profesión se sorprenden de que se haya tardado tanto en destapar su generosidad.

Gracia: "Te pago este jamón y me lo vas sirviendo cada vez que venga"

Es cordobés, llegó a Cádiz tras un concurso de traslado y pasó a trabajar como técnico especialista en la sección de medicina nuclear del Hospital Puerta del Mar a principios de los años noventa. Perteneció a la sección de UGT hasta que, en 1993, tras varios enfrentamientos con la dirección del sindicato, fue apartado del cargo. Poco después, empezó las conversaciones para crear una nueva formación con escindidos de Comisiones Obreras en la planta de Dragados Offshore de Puerto Real.

El SIT se constituyó legalmente en 1997 y, según sus estatutos, sus principales objetivos eran la defensa de los trabajadores, la formación permanente y la lucha por la igualdad. En 2002, también abrió un centro de atención a la mujer. La Guardia Civil ha estudiado los cursos fraudulentos desde 2008, aunque cree que esta actividad irregular se puede remontar a 2001. Según la investigación, el SIT nunca tuvo labor sindical. Fue una "tapadera". Sí mantiene la representación en Dragados pero nunca la tuvo en el hospital gaditano, donde apenas había tres afiliados de una plantilla de 3.000 trabajadores. "Algunas veces, él bromeaba diciendo que si ganaba las elecciones nos daría un jamón a cada uno de los representantes de los otros sindicatos", recuerda Carmen Boy, de CC OO.

"Al principio los cursos eran correctos. Había clases, profesores...", recuerdan algunos de los compañeros de hospital de Gracia. Después, reconocen, degeneraron. "Había médicos a los que ofrecía dinero para que impartieran lecciones. Ellos aceptaban creyendo que iban a dar clase pero luego él les daba directamente los diplomas de los alumnos para firmarlos". Algunos accedieron, otros no. En los pasillos del centro sanitario son muchos los que reconocen haber hecho los cursos.

Los otros sindicatos aseguran ahora haber advertido hace años de la rapidez y facilidad con la que se obtenían los cursos del SIT. Si alguien venía preguntando por ellos, nunca los recomendaron. Pero eran un plato apetitoso. La Guardia Civil ha descubierto títulos que se otorgaron en menos tiempo que la propia duración de los cursos comprados. Los agentes han intervenido un millón y medio de euros, aunque creen que puede haber más dinero cobrado en negro.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_