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Reportaje:

Indonesia no para

La primera economía del sureste asiático crecerá un 6% en 2010 tras una ligera ralentización por la crisis internacional

Indonesia ha resistido como pocos países el envite de la crisis económica internacional. Con los mercados en su peor momento, la economía del gigante del sureste asiático creció un 4,5% en 2009, el porcentaje más elevado del G-20 después de China e India. Pero hay más: este curso podría crecer un 6%, repitiendo el registro de hace dos años y triplicando la tasa de la Unión Europea. Con esta carta de presentación no es extraño que el presidente de EE UU, Barack Obama, incluyera Yakarta en su reciente itinerario asiático y apostara por estrechar los lazos económicos entre los dos países.

Lo cierto es que el milagro indonesio se ha consolidado precisamente por la pujanza de su comercio exterior y, en especial, por los intercambios con China y Estados Unidos. Y es que la primera economía del sureste asiático se ha beneficiado como pocos del fulgurante crecimiento de China durante estos dos últimos años. Entre 2009 y 2010 los intercambios comerciales entre ambas naciones han llegado a los 25.500 millones de dólares, casi igualando los 31.000 millones que se registraron los cuatro años precedentes en su conjunto. Estas cifras colocan a China como el principal socio comercial de Indonesia tras Japón, Estados Unidos y Singapur.

La OCDE aconseja al Gobierno que deje de subsidiar los combustibles

No obstante, este espectacular desempeño ha sufrido un leve freno en los datos del tercer trimestre. El mercado esperaba un crecimiento superior al 6%, pero el dato interanual solo llegó al 5,8%. Los representantes del Ejecutivo, sin embargo, se han apresurado en aclarar que la ralentización se debe más a factores coyunturales relacionados con las adversas condiciones climatológicas que a factores estructurales. Los datos indican que la producción agrícola en este mismo periodo cayó un 1,9%.

Los expertos advierten de que algunos síntomas deben llamar al Ejecutivo a la reflexión y a emprender las postergadas reformas económicas. Los datos a los que se refieren son el crecimiento plano del consumo interno, de solo un 5,2%, prácticamente la misma cifra que el trimestre anterior, y el menor crecimiento de las exportaciones, que pasaron de un 32% en el segundo trimestre hasta el actual 25%. El lado positivo es el alza del 2,6% de la industria manufacturera, frente al 2,1% del trimestre anterior.

La OCDE ha sugerido que el Ejecutivo continúe con su programa de reformas y que redoble esfuerzos para modificar su sistema de recaudación de impuestos, en la actualidad altamente ineficiente. La institución internacional también aconseja que se acaben los subsidios públicos que mantienen artificialmente los precios de la energía y los combustibles. La OCDE cree que el dinero que se liberase de estas ayudas se podría utilizar en programas de infraestructura, educación y salud.

Precisamente el tema de las infraestructuras es vital para potenciar la inversión exterior, asignatura pendiente del país y uno de los pilares del crecimiento a mediano plazo, según el propio Ejecutivo. Para ello, Indonesia debería mejorar carreteras, puentes y transportes. En este sentido, es clave también comprometerse a levantar las restricciones a la inversión extranjera, mejorar la seguridad jurídica respetando las normas de competencia, fortalecer aún la protección de los inversores activos y continuar reduciendo la burocracia.

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