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Reportaje:

Una protesta en defensa del arte

Una marcha exige responsabilidades por el cierre del Centro José Guerrero

Un centenar largo de personas asistieron ayer al sepelio del Centro José Guerrero mostrando su impotencia e indignación con silbatos y pancartas. La plataforma que defiende que el legado del artista permanezca en la ciudad había convocado a las seis de la tarde una concentración en la que acabó cundiendo el desánimo. Lo que iba a ser una protesta para mantener la presión se convirtió en un acto en el que los presentes exigían dimisiones y responsabilidades por la inminente salida de las obras.

Miembros de la plataforma leyeron un comunicado en el que se preguntaban por qué tiene tanta prisa la Diputación de Granada por liquidar el centro y "enterrar el muerto lo antes posible". "Es la confirmación de que tenían un plan trazado de antemano", reza un texto al que se han sumado más de mil personas, muchos de ellos relacionados con el mundo de la cultura de la ciudad.

Las obras saldrán del edificio a partir del próximo 13 de diciembre

Entre los firmantes se encuentra el novelista Antonio Muñoz Molina, del que se leyeron unas palabras que recibieron una cerrada ovación. "No faltaba nada, pero no ha podido ser. Ahora que hay tantos enfáticos museos oficiales de arte contemporáneo sin casi nada que mostrar, el Centro José Guerrero de Granada ofrecía el tamaño perfecto, la solidez discreta de lo bien hecho, lo luminoso, lo posible. Algo tendrá que ver con este infortunio la debilidad de una sociedad civil en la que todo, absolutamente todo, depende de la política y de la clase política".

Poco a poco, conforme se fueron extinguiendo los silbatos, el acto recordó a la despedida de un difunto. Los asistentes se acercaban a Yolanda Romero, la ex directora del centro, para abrazarla y darle el pésame. La fecha parece haber sido ya fijada. Los cuadros serán sacados del edificio en el que han permanecido 10 años entre el 13 y el 18 de diciembre. Ayer resultaban ridículas las banderolas que celebran la década del legado en la ciudad, en la fachada del edificio. El presidente de la Diputación Provincial, Antonio Martínez Caler, no quiso hacer ningún comentario. El hombre que dijo que no cedería ante la nobleza, en alusión a los hijos del artista, ha visto en pocos meses cómo su imagen no dejaba de deteriorarse en el mundo cultural de la provincia. "Entonces se produjo un intentó de reacción y después se trató de maquillar esta vergüenza con el ofrecimiento de CajaGranada", explicaba ayer Joaquín Peña-Toro, uno de los promotores de las protestas.

Ante la "incompetencia" y la "falta de voluntad" del presidente de la Diputación, los firmantes pidieron su apoyo a la Junta, ya que se trata de "la Administración que más claramente tiene asignadas competencias en materia de salvaguarda del patrimonio histórico-artístico". El silencio ha sido la respuesta.

"Al menos esperamos que no den otro uso al edificio por si después de las elecciones puede alcanzarse una solución", decía ayer Peña-Toro, esperanzado en que la situación no se haga irreversible. A la desesperanza, siguieron los gritos pidiendo la dimisión de Martínez Caler. En las estrechas calles junto a la catedral y a la madraza, en el Zacatín de Granada, sonaban como un estruendo.

Un aspecto de la manifestación contra el cierre del Centro José Guerrero en Granada.
Un aspecto de la manifestación contra el cierre del Centro José Guerrero en Granada.M. ZARZA

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