Desconfianza hacia España

Las reticencias de Irlanda para aceptar ayuda para su sistema bancario han puesto a prueba los nervios de los inversores a lo largo de esta última semana.

Como en ocasiones anteriores, el miedo al contagio ha sido grande y hasta se ha señalado a España como el gran problema de fondo, al ser demasiado grande como para poder rescatarla. La presión vendedora sobre la deuda española y sobre los valores bancarios ha sido constante, aunque ha estado salpicada por momentos en los que los inversores se dejaban tentar por las bajas cotizaciones.

El Ibex 35 se ha anotado dos sesiones a la baja y tres al alza, con un resultado positivo al final de la semana, en la que sube el 0,44%. El soporte de los 10.000 puntos, que la semana anterior cedió en alguna sesión, ni siquiera se ha visto puesto a prueba, lo que indica que los inversores entienden el juego y lo aprovechan cuando pueden. Justo en lo más fuerte de las presiones verbales sobre la solvencia española se celebró la subasta de obligaciones a 10 y 30 años, en la que sí se dejaron sentir las tensiones y hubo que ajustar la rentabilidad al nivel de los comentarios más catastrofistas.

La rentabilidad del bono español a 10 años en el mercado secundario alcanzó el 4,73%, aunque esta vez el diferencial con el bund alemán tan sólo subió hasta 205 puntos básicos, en buena parte porque la realización de beneficios sobre la deuda alemana, que se considera ha cumplido objetivos, ha sido fuerte y ha hecho subir la rentabilidad a 10 años hasta el 2,71%, desde el 2,43% del jueves de la semana anterior.

Los valores bancarios han sido, también, los destinatarios de una buena parte de las presiones vendedoras. La banca española, siempre sujeta al nivel de riesgo país de los comentarios más alarmistas, sufrió bastante en la jornada de cierre semanal, cuando las acciones de BBVA llegaban a caer el 4,20% y a perder el nivel de los ocho euros, aunque luego se recuperaron. Banco Santander llegó a caer el 3,91% en los peores momentos y Banco Popular el 4,66%, lo que le acercó al nivel de los cuatro euros. La calma se impuso al final de esa sesión, pero volvió a constatarse la vulnerabilidad de los mercados ante ataques importantes de los grandes inversores, precisamente los que juegan en corto y a la baja.

Los mercados de divisas se han mantenido más calmados en estos días, aunque la decisión de China de elevar el 0,5 puntos el requisito de reservas de la banca del país para controlar la liquidez y la inflación, provocó algún revuelo. Los analistas esperan una subida de los tipos de interés en China, con el consiguiente enfriamiento de la economía, algo que consideran poco acertado en estos momentos en los que las economías occidentales crecen a duras penas.

La contratación en el "mercado abierto" español se mantuvo en niveles razonables, con un máximo de 3,292,00 millones de euros en la sesión de cierre. -