Mala época para los adornos
Una pifia infantil de Jarosik provoca el triunfo del Sevilla y pone a Gay en entredicho
Una floritura impropia de Jarosik, que, como último defensa, trató de regatear con un taconazo a Negredo, hundió al Zaragoza en el fango de la tabla y seguramente agotó el poco carrete que le quedaba a su técnico, José Aurelio Gay. Ya le buscan sustituto pero no hay trato con nadie, quizá por la precariedad económica del club. De la pifia, en cualquier caso, se benefició el Sevilla, vencedor de un duelo que le vino rodado tras la indolencia inicial del Zaragoza y el regalo de Jarosik. Todo un equipo autodestructivo.
Con la intención de apelmazar al grupo para no conceder ocasiones, remitido en el área opuesta a una flauta que nunca suena porque no llegan balones, Gay optó hace unas fechas por una línea de cinco zagueros. Funcionó en la defensa, pero murió en el ataque porque a la mejor salida de pelota le correspondió una anestesia total de la circulación en las líneas sucesivas. Ante el Sevilla nada cambió -primó destruir el juego del rival a imponer el suyo propio-, ni siquiera el resultado.
ZARAGOZA 1 - SEVILLA 2
Zaragoza: Doblas; Diogo, Jarosik, Lanzaro (Marco Pérez, m. 46), Contini (Boutahar, m. 85), Obradovic; Gabi, Edmilson, Ponzio (Bertolo, m. 46); Braulio y Lafita. No utilizados: Leo Franco; Kevin, Pinter y Amo.
Sevilla: Varas; Dabo, Cáceres, Alexis, Navarro; Perotti, Renato (Negredo, m. 65), Zokora, Capel (Alfaro, m. 40); Kanouté y Luis Fabiano (Konko, m. 75). No utilizados: Jiménez; Juan Carlos, Escudé, Acosta y Cigarini.
Goles: 0-1. M. 29. Kanouté asiste a Luis Fabiano. 1-1. M. 53. Bertolo remata un saque de esquina. 1-2. M. 91. Negredo roba el balón a Jarosik para definir en carrera.
Árbitro: Muñiz Fernández. Expulsó con tarjeta roja directa a Navarro (m. 72). Amonestó a Luis Fabiano, Diogo, Contini, Alexis, Braulio, Kanouté y Obradovic.
Unos 23.000 espectadores en La Romareda.
Repleto de registros, al Sevilla no le incomodó tener la pelota y menos entrar en el juego del choque. De hecho, le alcanzó con Kanouté y Luis Fabiano, pareja de baile con fútbol por castigo. El primero, camaleónico, desatasca. El otro define. Habituado Kanouté a prolongar los balones por alto o bajarlos para aguardar la llegada de la segunda línea, ayer se encontró con otra diatriba, con cinco zagueros que le impidieron su juego. Así que reculó unos pasos Kanouté, empeñado en desprenderse del atosigamiento, y resultó de perlas porque demostró tener un buen pie incluso para las entregas. Suyo fue el pase a la carrera de Luis Fabiano, mitad del gol. Un disparo, una diana y cero Zaragoza. Hasta que Gay, con el agua al cuello, pasó del 5-3-1-1 al 4-4-2 con Bertolo como reactivo.
Tiene el 10 del Zaragoza un pundonor como pocos, además de una calidad técnica notable. Da profundidad, no flaquea en carrera y saca centros. Suyo fue el primer remate sobre la portería rival -escupido con acierto por Varas- y el segundo, a la salida de un córner, que valió el gol del empate. Un nuevo Zaragoza, más lacerante y agresivo, menos tacaño con el juego. Calificativos que no amilanaron al Sevilla, que respondió con más garra que fútbol y sufrió al árbitro, que le negó un penalti de Contini a Alfaro y expulsó a Navarro de forma rigurosa, por más que entendiera que era el último defensa cuando derribó a Braulio, a falta de cubrir 30 metros para llegar a Varas. Dos errores de bulto. Pero no el peor. Para eso ya estaba Jarosik, que en el último resuello trató de regatear a Negredo con la espuela y despellejó tanto a su equipo como a su entrenador.
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