Seis letrados se disputan el decanato del Colegio de Valencia

Seis son los candidatos a decano del Colegio de Abogados de Valencia. Tienen un universo de más de 9.000 profesionales con derecho a voto. Es una contienda que moviliza a un porcentaje escaso: entre un 8% y 10%, salvo la que libró Fernando Alandete hace ocho, que logró que casi un 20% de compañeros votara. No hay voto electrónico. Los interesados tienen que hacerlo por correo ordinario, no funciona el voto electrónico, o presencialmente en la sede del Colegio en Valencia. Los candidatos, en esta ocasión más que en ninguna de las anteriores, han organizado una campaña parecida a la de cualquier político: tienen asesorías de comunicación; han editado folletos; han abierto páginas en internet que actualizan con vídeos, fotos, notas; tienen eslóganes diferenciados ("Te mereces un diez" o "El E-Colegio"); cada candidato ha hecho una presentación oficial; recorren las sedes que el Colegio tiene en la provincia intentando recabar apoyos; buscan el voto llamando a los despachos; se ocultan datos unos a otros para que uno no copie la idea de otro; y reivindican quién fue el primero en hacer cualquiera de las cosas que ya son conocidas desde hace semanas.

Turno de oficio, acceso a la carrera y mejor imagen, en todos los programas

Rafel Iniesta, Mariano Durán, José Luis Morón, Roque Gámbaro, Juan Luis Costa y Vicente Flores se esfuerzan en singularizar programas que tienen mucho en común. La diferencia más notable: cada una de las personas que los encabeza.

El pasado jueves los seis candidatos ofrecieron una conferencia conjunta, organizada por la Asociación Valenciana de Juristas Demócratas (Avjd). Todos se comprometieron, o casi todos, con mejorar el turno de oficio, pelear por él; con una formación adecuada a los tiempos, coincidente con Europa, coordinada con la Universidad; con una mayor apertura del Colegio a los letrados; con más servicios a los colegiados, y más útiles, como por ejemplo que haya un espacio que puedan usar durante unos años los que empiezan a trabajar y no tienen posibilidades de abrir un despacho... Casi todos han alcanzado acuerdos con entidades bancarias para que el cobro del turno no se retrase en función de la disponibilidad de dinero de la Consejería. Algunos han ido más allá, y también los han suscrito con operadoras telefónicas y con aseguradoras para mejorar servicios que ya se dan. Todos apuestan por las nuevas tecnologías y quieren ser mejor tratados por jueces y fiscales. Ninguno quiere la etiqueta de continuista, pero aseguran que lo bueno que ahora ahí se lo quedarán.

Rafel Iniesta defendió la profesionalidad de su equipo (paritario, con entre 18 y 20 años de experiencia, con una vicedecana en él, con tres miembros que han estado en la junta).

Mariano Durán focaliza su proyecto en la necesidad de adaptarse a las nuevas normas de acceso a la carrera y al espacio europeo, que conoce bien. "Sin abogados libres e independientes, no hay sociedades justas", defiende.

Roque Gámbaro basa su candidatura en valores de "igualdad, sostenibilidad, cooperación y solidaridad". La actualización de los honorarios, la austeridad y la exigencia de responsabilidad centran su compromiso.

José Luis Morón señala como fundamental "el control activo en la incorporación de nuevos Licenciados en Derecho, para exigir una formación adecuada" y "la exigencia de los más altos estándares éticos".

Vicente Flores apuesta por un Colegio más cercano a la actividad profesional de los abogados, que pueda servir de despacho, que tenga asesoría, que pueda recibir notificaciones. Y, sobre todo, quiere dar mayor cabida a los más jóvenes.

Juan Luis Costa quiere que el Colegio sea por dentro tan moderno como lo es arquitectónicamente.