El ajuste del empleo se acerca a su fin
Entre la abundante información sobre la economía española conocida esta semana destaca la Encuesta de Población Activa (EPA) del tercer trimestre. Otros indicadores importantes fueron el avance del IPC armonizado del mes de octubre, la ejecución del presupuesto del Estado y de la Seguridad Social hasta septiembre, las ventas de bienes al por menor, también de septiembre, y los indicadores de confianza que elabora la Comisión Europea, de octubre.
La inflación aumentó una décima, manteniendo la tendencia al alza de los últimos meses, según lo previsto. Las ventas al por menor volvieron a pinchar, dejando un tercer trimestre con una caída del 5,4% anualizado respecto al trimestre anterior. Por su parte, el Indicador de Sentimiento Económico también cayó ligeramente en octubre y se encuentra por debajo de su nivel de junio. Todo ello conforma una economía que se encuentra parada, sin que haya tenido continuidad la tímida recuperación que se produjo en la primera mitad del año.
La evolución del empleo apunta a una ligera caída del PIB en el tercer trimestre
Si la población activa sigue creciendo, la tasa de paro desestacionalizada aumentará hasta el 20,5%
Los datos de la EPA confirman esta impresión, aunque también hay que decir que el empleo ha ido un poco mejor de lo previsto. Esperábamos un aumento neto de unos 40.000 ocupados y han sido casi 70.000. Este aumento obedece enteramente a factores estacionales, pues en los segundos y terceros trimestres del año siempre se crean muchos empleos de carácter estacional que luego se destruyen en los cuartos y primeros. Para obtener, por tanto, la tendencia de esta variable hay que desestacionalizar los datos. En estos términos, el empleo descendió en 30.000 ocupados, -0,6% en tasa trimestral anualizada. Ambas cifras son menores en valores absolutos que las de la primera parte del año. Se mantiene, por tanto, la tendencia de ajuste de plantillas, pero a un ritmo descendente.
La menor caída del empleo en este trimestre se debió a la mejora registrada en el sector de los servicios, que en términos EPA supone casi el 73% del empleo total y cuyo comportamiento en los últimos trimestres ha sido algo errático, como se ve en el gráfico inferior izquierdo, dentro de una tendencia de estabilidad a lo largo del último año. Por el contrario, el empleo en la industria y la construcción invirtió su tendencia de mejora y descendió fuertemente en este trimestre, lo cual es coherente con los indicadores de producción de los dos sectores. Tendencia estable del empleo en los servicios y caída en la industria y la construcción apuntan a una ligera caída del PIB en este trimestre.
La desviación respecto a nuestras previsiones fue mayor en la población activa, como ya sucedió en el trimestre anterior. Esperábamos una caída de unas 54.000 personas y apenas ha llegado a 1.000. En términos desestacionalizados se produjo incluso un aumento de 36.000. Este aumento contrasta con la disminución que está registrando la población en edad de trabajar, lo que se traduce en un aumento de la tasa de actividad que no es coherente con la fase cíclica por la que atravesamos y que en alguna medida explica que el paro en España esté aumentando más que en el resto de países desarrollados. El llamado efecto trabajador añadido (cuando las cosas van mal en una familia, más miembros de la misma se incorporan al mercado laboral) se está imponiendo al efecto trabajador desanimado, que abandona o no se incorpora al mercado al no ver posibilidades de encontrar un empleo.
Las desviaciones en la demanda y oferta de trabajo prácticamente se compensaron, por lo que el comportamiento del paro (descenso de 70.000 en términos originales y aumento de 65.800 en términos desestacionalizados) prácticamente se atuvo a lo previsto. La tasa de paro desestacionalizada aumentó dos décimas porcentuales, hasta el 20,2% (19,8% en términos originales).
Las previsiones apuntan a que durante dos o tres trimestres se mantenga, a ritmos muy moderados, la caída del empleo, al tiempo que la población activa siga creciendo también moderadamente. Esto haría que la tasa de paro desestacionalizada aumentara hasta el 20,5% (unos 4.750.000 parados) en el segundo trimestre del próximo año. En la segunda mitad debería empezarse a crear algo de empleo, haciendo que la tasa de paro inicie un cambio de tendencia muy suave a la baja.
Ángel Laborda es director de coyuntura de la Fundación de las Cajas de Ahorros (FUNCAS).
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