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Entrevista:KEN FOLLETT | Escritor

"Cobro mil libras por gramo de libro"

Pregunta. Otra vez nos propina más de mil páginas. ¿No tiene piedad del lector o es que escribe al peso?

Respuesta. Me pagan por gramo. Mil libras por gramo de libro.

P. ¿Ha tenido alguna financiación de los editores de la guía telefónica?

R. Desgraciadamente, no.

P. ¿Y tampoco le duele la muñeca?

R. Hasta el momento no. Toco madera. [Toca la mesa].

P. Hay seis páginas solo de enumeración de personajes. He contado 122. No puede pretender que nos enteremos de algo.

R. Por supuesto que sí. Es fácil. No necesitará la lista. La lista es para quienes leen con muy poca atención, y a la semana se preguntan: ¿Quién coño es este?

P. Retiraron la edición catalana porque tenía dos capítulos menos. ¿En Cataluña todo es más concentrado?

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R. No creo que sea así. Fue un error horrendo. Yo también los he cometido.

P. Es galés, como Catherine Zeta-Jones, Tom Jones o Lawrence de Arabia. ¿A cuál de los tres se parece más?

R. Supongo que tengo algunas cosas en común con Tom Jones, como la música.

P. Dado su éxito, ¿cree que el auténtico príncipe de Gales es usted?

R. No [ríe], no me creo un príncipe. Mi abuelo fue minero. Así que yo no puedo ser un príncipe.

P. ¿Se lleva el ego de viaje?

R. No me lo llevo, porque es demasiado grande [carcajada].

P. "No soy un escritor profundo, ni una persona profunda". ¿Solo pretende forrarse?

R. No. Quiero contar grandes historias. Siempre pienso en qué gustará al lector.

P. ¿Cuál es su Santo Grial?

R. Me gustaría ser el escritor más popular del mundo. Probablemente sea el número cinco.

P. Escribió su primer libro para pagar una deuda en un taller mecánico. ¿Aspira ahora a comprarse el taller entero?

R. Ya lo compré hace mucho tiempo.

P. ¿Tener cien millones de lectores no es como estar bajo el ojo de Gran Hermano?

R. En absoluto. Quiero agradar a todas esas personas. No me siento oprimido. Me encanta el éxito.

P. Sus padres eran unos talibanes del puritanismo. ¿Qué parte de la infancia le falta?

R. Nunca fui al cine. El sábado por la mañana había películas para niños, y todos mis amigos iban. A mí jamás me dejaron.

P. ¿Y echa de menos a Peter Pan?

R. No sé. Cuento las historias utilizando palabras. Y quizás no fuera un buen escritor de guiones. Mi temprana educación a la hora de contar historias tenía más que ver con los libros que con el cine.

P. Para su cameo televisivo en Los pilares de la tierra le pusieron flequillo y rulos. ¿Por qué volvió a este peinado, mucho más soso?

R. ¿Lo cree así? Debe de tener un gusto muy a la antigua, porque a todos nos pusieron un peinado medieval.

P. Sus novelas rebosan sexo. ¿Es muy lujurioso de puertas adentro?

R. No, soy muy lujurioso de puertas para afuera, porque vivo en un país frío.

P. ¿Ha tenido alguna vez tentación de construir una catedral?

R. En cierto modo una de mis novelas se asemeja un poco a una catedral. Pero no podría hacer ni una maqueta. Soy muy malo en trabajos manuales.

P. ¿A qué le compromete tener una estatua en Vitoria, como la Virgen Blanca?

R. Bueno, yo probablemente sea la única estatua del entorno de la catedral que no sea virgen.

P. A los 12 años quería ser James Bond. ¿Entrenó dándose al tabaco, los martinis y las mujeres?

R. Con 12 años, lo único que podía tener eran cigarrillos.

P. ¿Y ahora qué es lo que más le queda de esas tres cosas?

R. Dejé de fumar hace años.

P. O sea, los martinis.

R. He tenido unas relaciones muy felices con una pequeña cantidad de mujeres. Pero sí, muchos más dry martinis.

P. No le gusta Borges. ¿Cómo se atreve?

R. ¿Borges? Ah, ¿el escritor? Estoy intentando recordar un título de Borges y no puedo, y eso siempre es una mala señal.

P. Ahora amenaza con escribir sobre la Guerra Civil española. Imagino que no bajará de 3.000 páginas.

R. Probablemente será un capítulo del siguiente libro.

P. ¿Qué personaje literario le hubiera gustado ser?

R. Me hubiera gustado ser James Bond. Pero mucho me temo que siempre seré demasiado bajo y no lo suficientemente duro. Soy más bien débil.

Ken Follett, castigado con su propia medicina por escribir tan largo.
Ken Follett, castigado con su propia medicina por escribir tan largo.BERNARDO PÉREZ

Perfil

Tiene 61 años, cinco vástagos "entre hijos e hijastros", y ganas de escribir varios millones de páginas más. Toca la guitarra

y canta en una banda (escuche el audio con su inefable interpretación de Hoochie Cocchie Man en elpais.com),

y cocina los sábados para toda la familia. Se confiesa amante "del lujo, el champán, los jerséis de cachemir, los buenos trajes, la buena comida y volar en primera". Ríe cuando se le dice que ya sabíamos que tonto no es.

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