La Abadía y el Arriaga se unen para revisar a Samuel Beckett

El irlandés Samuel Beckett decidió escribir en francés Fin de partida, su segunda pieza dramática, para sentir las barreras de no utilizar la lengua propia y aumentar la densidad de las palabras que hablan de la desafección, la soledad y las relaciones entre padres e hijos. Es, dice el actor y director del Teatro de la Abadía, José Luis Gómez, "una catedral de la escritura dramática".

Fin de partida fue la obra elegida por Gómez para que, por vez primera, el polaco Krystian Lupa, Premio Europa para el Teatro, dirigiese una obra en España. El montaje, una coproducción de La Abadía con otros cuatro centros dramáticos, entre ellos el Arriaga, se presenta hoy en el teatro bilbaíno.

La actriz Susi Sánchez interpreta un personaje masculino

Lupa (Jastrzebie Zdroj, 1943) ha llegado a la primera fila del teatro europeo gracias a sus montajes de vocación filosófica a partir de textos de Bernhard, Musil, Dostoievski o Rilke. Con La Abadía dirige por primera vez a Beckett, marcando el texto con lo que Gómez denomina "el poder secreto" de un teatro en el que nada es explícito, y eleva al máximo la intensidad de la interpretación.

Lupa, director y autor de la escenografía de Fin de partida, ha ignorado las detalladas indicaciones que Beckett dejó escritas para el montaje de su obra. En la versión de Lupa los protagonistas, en lugar de encontrarse en cubos de basura, como establece el autor, se encuentran encerrados en urnas en un sótano verde. El siervo Clov, un personaje que nunca puede sentarse, está interpretado por la actriz Susi Sánchez.

Gómez convenció a Lupa de que uno los personajes masculinos debía ser interpretado por una mujer para aumentar su complejidad. "Es un personaje que simboliza al otro, el que escucha, el que apoya", explica la actriz. "Desde el principio quiere salir de ese mundo". Junto a Gómez y Sánchez, los veteranos intérpretes Ramón Pons y Lola Cordón completan el reparto.