Los Gobiernos central y andaluz liman diferencias
Griñán y Chaves acuerdan incrementar el diálogo y la coordinación
En el Gobierno central y en el andaluz, es decir, en el PSOE, preocupa la idea de que en la opinión pública cale la idea de que la relación entre los ejecutivos amigos está presidida por una ristra de desencuentros y, sobre todo, que los planteamientos que se hacen desde Andalucía no encuentran apoyo en Madrid. En un momento en el que el PSOE presenta una achacosa salud electoral, según los diez últimos sondeos publicados desde febrero pasado, los socialistas de Ferraz y de San Vicente quieren taponar una posible corriente de aire frío en sus relaciones.
Este fue el motivo del almuerzo que el martes pasado mantuvieron en la sede del Ministerio de Política Territorial, adelantado por el Diario de Sevilla, dirigentes federales y andaluces. Cuatro por cada lado: el vicepresidente tercero y presidente del PSOE, Manuel Chaves; el vicesecretario federal y ministro de Fomento, José Blanco; el ministro del Interior y diputado por Cádiz, Alfredo Pérez Rubalcaba; y el secretario de Estado de Política Territorial, Gaspar Zarrías. Del otro lado, el presidente de la Junta y líder del PSOE andaluz, José Antonio Griñán; el vicesecretario general, Rafael Velasco; la consejera de la Presidencia, Mar Moreno; y la titular de Hacienda y responsable de los presupuestos, Carmen Martínez Aguayo. Moreno se limitó ayer a comentar que el encuentro "fue una reunión de coordinación normal".
La reunión no tenía como objetivo abordar o desbloquear asuntos pendientes concretos surgidos en los últimos meses planteados por el Gobierno andaluz -permitir a la Junta un mayor endeudamiento o prorrogar las ayudas a la adquisición de vivienda protegida-, pero sí "aclarar" malentendidos que pudieran derivar en una discrepancia crónica entre los dos ejecutivos socialistas, según señalaron fuentes conocedoras del cónclave. Dos personas reconocieron que había "preocupación" ante la posibilidad de que los desencuentros habidos enfriaran las relaciones con Andalucía y se instale como un hecho cierto y real la existencia de un cúmulo de agravios con la comunidad. Ni a Madrid le interesa que el Gobierno amigo deje de parecer como tal ni a Sevilla que el andaluz evidencie una pérdida de influencia. Estas fuentes reconocen que el mayor sofocón, enfado y frustración que ha habido desde que Griñán es presidente de la Junta con el Gobierno central ha sido la venta de Cajasur a la BBK, tras ser intervenida por el Banco de España, y el resto se considera como accidentes de recorrido habituales entre instituciones.
Estas fuentes niegan que federales y andaluces abordasen cuestiones específicas para Andalucía para los Presupuestos Generales del Estado de 2011, que, entre otros aspectos, debe recoger el mandato estatutario de una inversión estatal similar al peso de su población; y se acordó intensificar el diálogo y la coordinación entre las dos administraciones. Dos días después de esta cita, tan sólo un consejero asistió a la conferencia de Chaves en Sevilla, lo que por parte de los socialistas andaluces se considera un "desastroso" error que achacan a que no lo sabían.
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