Grau atribuye a un error las cuentas sobre las que Barberá mintió

El primer teniente de alcalde de Valencia, Alfonso Grau atribuyó ayer a un "error material" la convocatoria urgente el pasado julio de la asamblea general de Centro de Estrategias y Desarrollo (CEyD) para aprobar a toda prisa las cuentas de los cuatro últimos ejercicios sobre las que mintió la alcaldesa, Rita Barberá. Con anterioridad, los balances de la entidad municipal se habían presentado al Registro Mercantil "sin que la presidenta y alcaldesa convocase a los miembros de la asamblea general, certificando acuerdos a sus espaldas", denunció la concejal socialista Ana Botella.

"¿Qué error, señor Grau?", continuó la concejal, "¿qué error es que haya habido actas y certificaciones que dicen que las cuentas se aprobaron hasta dos veces en el mismo día, primero firmadas por usted y el mismo día rubricadas en asamblea general?". Botella lamentó que CEyD se viera obligada a convocar de un viernes para un lunes a los socios del órgano de gobierno en pleno para aprobar las cuentas de cuatro años consecutivos, desde 2006 a 2009.

Según la concejal, cuatro años de errores "son demasiadas casualidades", y lo cierto, agregó Botella, "es que la alcaldesa estuvo firmando actas y acuerdos en falso durante cuatro años". "Mentir ha sido el peor de los errores. Mentir al Registro Mercantil y a la asamblea general", enfatizó la concejal.

Grau replicó que lo que se subsanó el pasado julio fue la convocatoria de la asamblea para cumplir con el precepto estatutario. "Todos esos señores (los miembros de la asamblea general) tuvieron las cuentas a su disposición y las aprobaron", agregó el teniente de alcalde. Este aseguró que el Gobierno de España, concretamente la vicepresidenta del Gobierno, Elena Salgado, sabe lo que son los consejos no presenciales. Botella descartó que sea el mismo caso del de CEyD. La polémica sobre esa asociación municipal arranca de la denuncia de que pagó facturas por trabajos que no realizó al grupo Laterne, que organizó actos de la precampaña electoral de Barberá para los que contó con Orange Market, la terminal valenciana de la trama de corrupción del caso Gürtel.