Munilla lamenta el "espectáculo" de "falta de unidad" que ha dado su diócesis

El obispo de San Sebastián, José Ignacio Munilla, lamentó ayer el "espectáculo o el antitestimonio que se ha podido dar de falta de unidad" que ha dado su diócesis en las últimas fechas. Una vez más, el prelado guipuzcoano tuvo que lidiar ayer con la polémica, esta vez generada en torno al franciscano Joxe Arregi, quien ha acusado al obispo de ordenar su destierro a Sudamérica. El escenario fue la rueda de prensa de presentación de los actos organizados con motivo de la llegada de la Cruz de los Jóvenes el 24 de septiembre al puerto de San Sebastián, actividad que congregará a un millar de jóvenes. "Es absolutamente falso que haya tenido actitudes impositivas de pedir el destierro de nadie", señaló Munilla en alusión a Arregi, quien recientemente anunció su decisión de abandonar la Iglesia por sus discrepancias con el obispo donostiarra.

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El prelado reiteró que pretende ser un "instrumento de unidad" en la diócesis, pero lamentó la "falta de capacidad de acometer los problemas donde se tienen que acometer". Insiste en que su relación con los sacerdotes de la diócesis pertenece al ámbito de la privacidad, aunque volvió a desmentir, como ya hizo en un comunicado el pasado 18 de junio, que él sugiriese a los francicanos el destierro de Joxe Arregi, ni que existiera una listado de religiosos heterodoxos en su ordenador de Zumarraga.

"Como obispo debo conjugar la caridad con la verdad", señaló Munilla, acompañado por el vicario de Pastoral, Juan Cruz Mendizabal y el delegado de juventud de la diócesis, Ibon Elósegui. Explicó que cometería un error si dejase de lado el diálogo y adoptara actitudes "impositivas" por "fidelidad a la verdad", del mismo modo que también sería erróneo permitir que se haga "una religiosidad a la carta" en nombre del pluralismo.

Desde que Munilla llegó al Obispado de San Sebastián en noviembre de 2009 para suceder a Juan María Uriarte, las voces críticas en torno a su figura y labor han abierto una brecha en la unidad de la diócesis guipuzcoana. Tras comprometerse a "desgastar" toda su energía en el objetivo de lograr la unidad de la diócesis después de un comienzo "nada fácil", Munilla sostuvo que las cosas van avanzando y van por buen camino, lo cual no significa que todos los problemas estén subsanados".

También guardó un momento para aludir al astrofísico británico Stephen Hawking, quien ha abierto una polémica por su último libro, en que el que descarta la creación divina del Universo.

El prelado donostiarra opinó que no se debe repetir ahora el caso de Galileo "pero en sentido inverso", ya que "igual que es un error desde la fe intentar anular la autonomía de las ciencias experimentales, también lo es pretender que desde la visión de las ciencias experimentales uno puede tener una comprensión global del sentido de la existencia".