Murray frena a Nadal
El británico vence 6-3 y 6-4 al número uno del mundo en las semifinales de Toronto
El enigma empieza a resolverse hoy: ¿Hay un nuevo Rafael Nadal o el que compite en la agresiva gira estadounidense es el mismo Nadal de siempre?
El número uno se despidió por 6-3 y 6-4 en semifinales del torneo de Toronto y ante el británico Andy Murray, el número cuatro, que se jugaba el puesto. La necesidad del escocés se impuso al tenis del español, que no encontró apoyo en el saque -solo ganó el 63% de los puntos con primer servicio- y entregó tres breaks con tres errores en el revés paralelo. Fue un Nadal con dudas en los momentos que marcaron el encuentro. Fue, también, un Nadal con más dictado en el partido del que da a entender el marcador. Y fue, por último, un Nadal acalorado, que agotó un buen puñado de bolsas de hielo y dejó Canadá sabiendo que su próximo torneo (Cincinnati, donde debutará el miércoles) es solo una parada menor antes de la penúltima gran estación del año, el Abierto de Estados Unidos, que arranca el 30 de agosto. Esa es la duda, ese, el enigma. ¿Hasta allí llegará un Nadal nuevo, o se presentará el mismo Nadal de siempre?
Hace un año, cuando el sol calentaba las pistas de cemento de Flushing Meadows, el número uno del mundo era descrito por sus íntimos como un competidor que no dudaba en la pista, pero que necesitaba reafirmarse y convencerse de sus posibilidades fuera de ella. Así explicaban que sea el tenista de elite que más tiempo y más duro se entrena. Así explicaban que afrontara sus partidos de primera ronda con la intensidad y el esfuerzo de una final, sin reservas ni fríos cálculos que le permitieran trascender el presente de un encuentro menor en función de un gran objetivo de futuro. Y así describían, sin dudarlo, a un campeón con más preguntas interiores de las que transmite un currículo esculpido a base de remontadas y partidos épicos. A un hombre necesitado de partidos y más partidos, de rodaje y más rodaje, de pruebas y más pruebas sobre su privilegiado físico, para construir la confianza con la que asaltar los grandes títulos. Lo lejos que llegue el número uno en Cincinnati revelará si el campeón de hoy es distinto del que llegó a Nueva York en 2009.
Tras más de un mes sin competir, teóricamente pleno de confianza tras el mágico doblete de Roland Garros y Wimbledon, Nadal ha disputado cuatro encuentros en Toronto. ¿Jugará Cincinnati como un trampolín hacia el último grande del año, dosificándose, o apretando el acelerador a fondo porque siente la necesidad de ganar confianza?
"Cuando llevas muchos años en el circuito", reflexionó; "acabas comprendiendo que es imposible ganar grandes torneos sin ser agresivo. Estoy siendo muy regular". Parecidas preguntas rondan la cabeza de Roger Federer: anoche se enfrentaba en la otra semifinal de Toronto a Novak Djokovic sabiendo que el ganador sería el número dos del mundo.
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