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El ADN exculpa de un crimen a una detenida hace dos años

Era la única inculpada por la muerte de una octogenaria

Es de origen georgiano, fue detenida en Suiza y ha estado en prisión desde hace casi dos años. La pasada semana fue puesta en libertad después de que el análisis del ADN encontrado en el escenario del crimen no coincidiera ni remotamente con el de ella. La muerte de Conchita Gadea, viuda de Cañamás, de 80 años, el 1 de febrero de 2007 sigue así sin resolverse. La mujer puesta ahora en libertad era la única inculpada por el crimen.

Conchita Gadea, consuegra de los Serratosa, fue encontrada muerta a las 10 de la mañana del 1 de febrero de 2007 en su casa de la calle del Botánico Cavanilles de Valencia por un familiar. Estaba atada de pies y manos, y amordazada. No tenía signos de violencia. El acceso al piso no había sido forzado, pero la casa estaba completamente revuelta. Faltaban objetos y 24 horas después del crimen la policía supo que alguien trató de cobrar un cheque firmado por la fallecida. La autopsia reveló que la muerte de Conchita Gadea fue por infarto, probablemente sobrevenido por el miedo de verse mortalmente amenazada e impedida para pedir auxilio a cuenta de la mordaza.

Ha pasado en prisión casi dos años tras ser extraditada

Aquella noche, Conchita Gadea estuvo hasta las 23.30 acompañada de unas amigas y de su hermano. Estuvieron jugando a las cartas. Se marcharon. No vieron nada extraño. La investigación policial se centró en el servicio doméstico de la víctima. Un mes antes había cambiado al personal que estuvo con ella durante muchos años. Y la que entonces era su asistenta, junto a su novio, habían abandonado su casa pocas horas antes del crimen de forma imprevista. Se les buscó. Y ella fue encontrada en Suiza más de un año después de la muerte de la octogenaria, en junio de 2007. España solicitó la extradición y poco después fue puesta a disposición de las autoridades policiales que investigaban el caso. La juez que instruye la causa, de acuerdo con la petición fiscal, decretó el ingreso en prisión. Desde entonces hasta ahora las pesquisas han continuado. Una prueba determinante estaba pendiente de dar resultado: las muestras de ADN encontradas en el lugar de los hechos.

Entre tanto, los investigadores han intentado encontrar a familiares del novio de la mujer detenida con la intención de identificar todos los restos y comprobar el máximo de coincidencias. No ha sido posible. Pero ha quedado claro que los restos encontrados en la casa de Botánico Cavanilles no coinciden con la hasta ahora detenida. Por ello, el juzgado ha decidido ponerla en libertad, con confirmación ya de la Audiencia de Valencia. La libertad le llega cuando aún no había auto de procesamiento. La causa continúa abierta. La falta de coincidencia del ADN impide demostrar que estuvo allí de forma indiscutible, aunque se sospeche que en efecto participó en el crimen.

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