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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Política económica del Gobierno

El pasado martes 13 de julio se publicaba un artículo del vicesecretario general del PSOE y ministro de Fomento, titulado El reformismo de hoy. El hilo argumental del artículo no era otro que justificar la actual política económica del Gobierno. Pero llaman la atención algunas consideraciones por su vaguedad, cuando no por su falsedad. Puntualicemos, señor Blanco:

1. La socialdemocracia dice usted que apostó por la reforma en vez de por la revolución. Como sabe, dicha corriente fue una escisión del socialismo, corriente a la que se acusaba (reconozco que eran otros tiempos) de pretender ser la "gestora del capitalismo". Ahora el capitalismo se denomina "Mercados" y tristemente, la historia está poniendo a cada uno en su lugar.

2. Habla usted de la "economía social de mercado". ¿Economía social cuando son los poderes económicos quienes imponen sus decisiones a los Gobiernos, como denunciaba Felipe González en la entrevista que le hizo Iñaki Gabilondo recientemente?

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3. Respecto a la Ley de Economía Sostenible, su alusión a la misma es un sarcasmo. Y es que, el mismo día de la publicación de su artículo, unas cuantas páginas antes, EL PAÍS informa de que dicha ley, anunciada vehementemente por el presidente del Gobierno el 12-5-2009, está atascada, no se va a empezar a debatir hasta septiembre y, en el mejor de los casos, no se aplicará hasta 2012.

4. Acerca de las reformas iniciadas en los sectores de Cajas de Ahorros, transporte público (Renfe) y navegación aérea, salta a la vista cuál es su principio: Sector Público=Ineficacia. ¿Solución? Entreguemos a los mercados dichos sectores (privaticemos). En vez de que las reformas se orienten a mejorar la gestión de la "Res pública", hagámosla desaparecer y que los ciudadanos paguemos el "coste real" (más el beneficio, claro) de servicios intrínsecamente públicos.

Y es que al final, señor Blanco, quien no tiene ideología no tiene dogmas que revisar. La pena es que la derecha sí que tiene ideología, y muy clara.

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