Unas escuchas aplazan un juicio a dos guardias civiles
El juicio a dos guardias civiles y un agente de seguridad privada por supuestas torturas a un inmigrante cubano en enero de 2008 fue ayer suspendido y aplazado para octubre porque el tribunal aceptó, a petición de las defensas, deliberar sobre la legalidad de las escuchas que recogen la sucesión de amenazas y golpes a la víctima. Carlos Palomo, guardia civil imputado por esta causa y en prisión provisional por supuestos delitos de tráfico de drogas y blanqueo de capitales, respiró ayer después de que prosperara la argumentación de su abogado. Palomo debía dar cuenta de la paliza y amenazas que supuestamente propinó a un cubano denunciado en un centro comercial de Alboraia por un hurto.
Nada se hubiera sabido si el vehículo en el que iban aquel 26 de enero de 2008 no hubiera estado intervenido con dispositivos que grababan conversaciones. Lo estaba, con autorización judicial, porque se investigaba la operación de drogas en la que está imputado. En la grabación se escuchan las amenazas y golpes. Está acreditado, para la Guardia Civil y el juzgado, que el cabo Palomo y el también guardia civil Cano eran los que aquel día estaban de servicio.
Cuestión procesal
Pero ayer en la vista se suscitaron distintas cuestiones: que el CD con las escuchas no era original; que el dispositivo de escuchas se colocó en un coche oficial que usaban otros agentes (en realidad solo podían hacerlo los cinco del servicio de Información del puesto de Tavernes Blanques donde estaban destinados los imputados); que se había producido indefensión por no conocer el contenido antes; y que había dudas sobre quién estaba de servicio.
El fiscal no aceptó los argumentos, pero la posible lesión al secreto de las comunicaciones sirvió para que el tribunal decidiera responder por escrito a las cuestiones planteadas. La defensa de Cano recurrió incluso al expediente administrativo abierto a otro guardia civil, Cosme, citado como testigo en la causa, porque supuestamente varios días después de los hechos uno de los participantes se lo contó. En ese expediente, según la defensa de Cano, se dice que no se puede determinar quién trabajaba el día de los hechos y los siguientes. La decisión del tribunal puede afectar a la causa por drogas, en la que también hubo escuchas.
En las grabaciones cuya valía ayer se cuestionó se oye, entre otras cosas, cómo los agentes dicen al cubano que va a "mear sangre".
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