Hurts reta las leyes del mercado
Han pasado cinco años desde que Lily Allen y Arctic Monkeys abrumaran a las discográficas demostrando que era posible alcanzar el éxito sin contar con ellas. Un tiempo que ha visto nacer y morir decenas de fenómenos de Internet y durante el cual la Tierra no ha dejado de girar, pero que ha provocado un cambio lento e inevitable.
Theo Hutchcraft y Adam Anderson, de 23 y 26 años respectivamente, son Hurts. Un dúo de Manchester del que hasta hace unos meses se sabía poco, pero que son la gran apuesta de la multinacional Sony para esta temporada. Como Allen y los demás, Hurts también apostaron por la autopromoción, pero de un modo distinto. "Nos escondimos durante un tiempo hasta que todo encajó. La imagen, las canciones, la producción... No queríamos crecer en público, sino emerger una vez estuviésemos totalmente preparados", explica Hutchcraft, el carismático vocalista del grupo.
"Un MP3 ilegal nuestro se convirtió en un éxito en Grecia. Fue una locura"
La novedad estriba en que no han sido un fenómeno espontáneo, sino que tenían un estudiado plan de marketing desde el principio. Podría decirse que se trata de un grupo autoprefabricado. No trataron de conseguir una base de fans entusiastas que actuaran como street teams, como es habitual, sino crear expectación a partir del misterio y de cuidar hasta el más mínimo detalle visual. Según Hutchcraft, "fue una decisión valiente, porque el público podría habernos dado la espalda ante la falta de información. Fue un reto dejar que la gente se imaginara el resto". Una estrategia que, según Anderson, teclista, nació a partir de una mala experiencia con su anterior banda, el fallido quinteto Daggers. "La escena pop en Inglaterra es brutal. Queríamos protegernos y no enseñarlo todo para no ser demasiado vulnerables", explica.
El uso del secretismo viral para crear expectación no es original. Famosos son los casos recientes del dúo de electro-pop The Golden Filter, o la histeria que se creó en Internet por conocer quién estaba detrás del nombre de IAMAMIWHOAMI (a nadie le importa ya). El caso de Hurts es diferente porque su vocación no es underground. Su lugar natural es el éxito masivo. "Lo último que queremos es que Hurts sea un hobby. Nuestra música es ambiciosa, y pretendemos llegar lo más alto posible. Se trata de ser comercial manteniendo la dignidad", afirma Anderson. De momento, han conseguido cientos de miles de reproducciones en YouTube del vídeo de Wonderful life, la canción llamada a abrirles las puertas del éxito, sin haber sido publicada como sencillo.
La ambición y la autoconsciencia de estos dos jóvenes parece no tener límite. "Lo último que pretendemos es ser cool. No gustaremos a todo el mundo. Conocemos las razones que harán que cierta gente nos odie. Somos emotivos, intensos y grandilocuentes. Incluso excesivos". En efecto, Hurts resultan tan épicos como un encuentro entre Keane, Ultravox y OneRepublic, de cuyo líder, Ryan Tedder, compositor de éxitos para Leona Lewis o Beyoncé, se declaran "grandes fans". Un repertorio repleto de baladas como Stay así lo refrendan.
Pero el mayor secreto de Hurts, el que los hace inmediatamente reconocibles, es su impecable imagen, deudora del fotógrafo Anton Corbijn y del cine francés existencialista de los sesenta, entre otras referencias. "Nuestro estilo surgió naturalmente. Estuvimos tres años sin trabajo y sin dinero. Mi abuelo murió y heredé su ropa: casi todo trajes, camisas y zapatos. No tenía otra opción. Estar en paro es una sensación horrible, pero descubrimos que con un traje puesto mantienes cierto orgullo. Y una vez que te acostumbras a ir elegante, no puedes dejarlo", asegura Hutchcraft. "Éramos conscientes de que nuestras fuentes de inspiración visual eran casi opuestas al tipo de música que hacíamos, pero el contraste nos pareció excitante".
Su primera visita a España, para una Sesión MySpace, convenció a muchos de que van a ser grandes. La abarrotada sala dio la razón al dato que aporta Hutchcraft: "Madrid es la ciudad más activa en nuestro Facebook, por delante de Londres y Manchester". Extraño, pero no tanto como lo que les ha ocurrido en Grecia. "El MP3 ilegal de Wonderful life se convirtió en un éxito radiofónico allí sin que nos enterásemos. Hace una semanas fuimos a tocar en la gala de premios de Mad TV, un importante canal de música, ante 11.000 personas. Fue una locura. Hasta fuimos invitados a la final del Operación Triunfo griego". Todo esto, casi tres meses antes de la publicación de su primer álbum.
Sony, la discográfica que da cobijo a los artistas salidos del Factor X inglés o American Idol, y que acaba de firmar un contrato de colaboración por cinco años con Simon Cowell, ha apostado por Hurts. Compran un producto creíble, artesanal, cool, visualmente atractivo y sin explotar comercialmente. La banda consigue su maquinaria logística. Hurts podrán triunfar o fracasar, pero este nuevo tipo de relación artista-discográfica está abocado al éxito.
Sunday, de Hurts, se publica el 7 de septiembre.
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