Paraguay supera el letargo

El Mundial languidece por momentos. Las gradas se vacían y las vuvuzelas pierden decibelios. Duelos como el protagonizado por Eslovaquia y Paraguay contribuyen al desencanto. Partido pálido en el que solo los paraguayos tuvieron algo que proponer frente a unos eslovacos que opositaron a peor equipo. En el minuto 27, una genialidad de Lucas Barrios truncó la siesta. Activo y alborotador en la frontal del área rival, el delantero del Borussia de Dortmund desnudó a la mustia defensa rival con un pase de maestro para que Enrique Vera consiguiera el primer gol llegando desde la segunda línea. Paraguay había logrado su propósito y Eslovaquia no tenía ni rumbo ni plan. El conjunto de Vladimir Weiss fue un equipo desmadejado y sin personalidad que nunca alcanzó los mínimos de actitud y competencia que requiere un Mundial.

Así avanzaron los minutos, por pura inercia. Con combinaciones funcionariales con las que Paraguay conservaba su ventaja ante la irresponsable complicidad eslovaca, sin recursos ni disposición. Y así llegó la sentencia a cinco minutos del final. Otro balón parado que da réditos a los paraguayos. La pizarra de Martino desembocó en una pelota desamparada en la frontal del área que solo Riveros, de nuevo llegando desde atrás, se animó a recoger ante la pereza de los centrales eslovacos. Posiblemente, el peor encuentro del campeonato.